Manolo Preciado, genio y figura
Con una marcada personalidad, convencimiento y su tono grueso de voz Manolo Preciado anunció sus intenciones desde su primer día en Gijón. "Lo que falta aquí es alegría. Quiero devolver la confianza con hechos y resultados", dijo en su presentación. Dos años más tarde ya entrenaba con el Sporting en Primera División.
"Le dedico este ascenso a tres personas: a mi hijo y a su madre, que ya no están con nosotros, pero seguro que han apretado desde ahí arriba como dos sportinguistas más, y a Quini que es una persona maravillosa". Después de la victoria ante el Eibar y lograr el ascenso en su segunda temporada.
"El tiburón creo que se acojonó un poco con él (Barral), porque he visto mil fotos por ahí y no he visto por ningún lado al tiburón, sólo he visto tortugas. Seguro que cuando vio a Barri se piró". Tras la apuesta de Barral, que se sumergió con tiburones en el Acuario de Gijón.
"No espero a nadie más pero si viene Seedorf igual le hacemos un hueco", comentó después de la victoria ante el Milán en el Villa de Gijón.
"Ni ahora somos el Bayer Leverkusen ni antes éramos la última mierda que cagó Pilatos". Después de una victoria contra el Deportivo de la Coruña,
"¿Mi hijo? Irá con el Sporting, lo tengo clarísimo, porque si no lo echo de casa". En su regreso a El Sardinero.
"No sé lo que va a pasar en el futuro porque a lo mejor dentro de dos meses me echan y viene un jeque árabe de ésos y pone a Kareem Abdul-Jabbar de presidente", bromeó ante el interés del Atlético de Madrid por hacerse con sus servicios.
"Mourinho es un canalla y se lo diré a la cara. De momento, gana casi siempre, pero no sé si está sabiendo ganar. Alguna vez perderá porque si uno escupe mucho para arriba al final le acaba cayendo. Ahí le quiero ver (...). ¿Qué dónde ubicaría a Mourinho? Si de mi dependiera con los Ultra Boys". En medio de la polémica con Mou que le atacó por rotar a los jugadores en un partido frente al Barcelona.
"No soy gilipollas y sé dónde vivo, pero no he sentido ningún runrún, salvo en los medios. No he sentido la soga al cuello". "Soy como El Cid: me habían enterrado y puesto la tapa, pero aquí estoy". "Soy el máximo responsable de esta mierda". Estos fueron algunos de sus comentarios cuando el Sporting pasaba por un mal momento.
"La vida me ha golpeado fuerte. Podía haber acabado pegándome un tiro, o podía mirar al cielo y crecer. Elegí la segunda opción", explicó en su día en relación con el fallecimiento de su mujer, hijo y padre.
