Así es la joya del filial, Fernando Cano
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Su día a día es como el de cualquier chaval de su edad. Se levanta temprano para ir a entrenar, cuando acaba marcha rápido a casa a comer pues a las tres empiezan las clases en la Universidad. Por la noche, estudia o bien descansa. Pero el jugador del filial del VCF, Fernando Cano, no es un chaval cualquiera. Su ambición va más allá del terreno de juego y a pesar de un futuro prometedor en el fútbol es constante con sus estudios. Fernando tiene denominación de origen, el sello de la Academia Gloval y todo lo necesario para ser la nueva referencia valencianista.
A los 5 años comenzó a jugar a fútbol en Torrefiel y un año más tarde el Valencia CF ya vio el talento de un pequeño Fernando Cano. Ese niño decoraba su habitación con camisetas y cromos de sus ídolos. “Los que más me han marcado en el VCF han sido Aimar en sus tiempos, Silva, Baraja, Vicente y el Guaje Villa”. Sin embargo, si tiene que quedarse con dos: Messi y Silva son el espejo en el que se fija.
Valencianista de pura cepa, admite que aún tiene un margen de superación. Es extraño y difícil encontrar a un chaval que reconozca sin complejos y con toda la humildad del mundo que todavía tiene mucho por delante. “Llevo muchos años de aprendizaje y he tenido la suerte de pasar toda mi formación deportiva en este club. He aprendido muchísimo pero considero que nunca dejas de aprender”. Fernando es el empirista perfecto para Hume, aprende desde la experiencia, desde las impresiones y no a través de las ideas. Quizás ello le lleve a analizar así los momentos más difíciles como jugador “cuando no juegas, cuando ves que no estás bien físicamente, cuando tu mente quiere hacer unas cosas pero tu cuerpo no responde como querías. Hay que tener paciencia y seguir trabajando”.
El debut de Tropi
Dentro del vestuario se ve “respetado, llevo muchos años en el club, sé lo que es el VCF, sé lo que significa jugar aquí y eso a los compañeros que vienen de fuera también se hace ver”. Suele relacionarse más con los de su quinta, con Nacho Vidal, Tendillo y Tropi. Recuerda con especial cariño y un halo de optimismo el debut de su amigo Carlos Carbonell “Tropi” con el primer equipo. “Estaba esperando a que saliera Tropi porque hemos crecido y vivido muchos momentos juntos. Para mí es una alegría enorme que esté él, trasmite una envidia sana porque te gustaría estar ahí en su lugar pero que si sigo trabajando, ¿porqué no me puede llegar a mí?”.
Cano, que se declara gran cinéfilo, se encuentra en los Premios Spirit, o lo que es lo mismo, la antesala de los Oscars. Futbolísticamente le sucede algo parecido, está en el paso previo al galardón más deseado: la Liga BBVA. Otros jugadores como Bernat, Alcácer o Gayà ya han pisado la alfombra roja. “Gayá es un referente para todos los chavales de la Academia. Ha tenido una progresión muy alta e intentamos seguir el mismo camino”. Renovó este verano por tres años más en la entidad valencianista, donde quiere hacer su vida deportiva y triunfar.
Baraja y Curro, sus maestros
Como El Greco en su pintura más temprana, el valencianista ha tenido dos grandes maestros, Baraja y Curro Torres. “Han sido dos futbolistas muy importantes para la historia del club, dos personas diferentes. El Pipo es más reservado, intenta mantener la distancia, no rebasar los límites. Te ayuda mucho y te da mucha confianza. Me parece muy buen entrenador. Curro también es buen técnico, tiene una relación más cercana, más íntima con los jugadores. He aprendido de ambos muchas cosas empezando por detalles técnicos y tácticos y mentales”.
Destaca la autenticidad de la afición valencianista convencido de que con su apoyo este año se conseguirán grandes cosas.
Mientras contestaba a las preguntas veía a un chico comprometido con su formación, tanto en la deportiva como en la académica. El centrocampista ha ido puliendo sus sueños con sumo cuidado y esmero. “Siempre he querido ser futbolista pero me llamaba también la atención la retransmisión de los partidos, los que hacían programas como “El día después” que analizan los partidos. Me gusta mucho el mundo del deporte, el fútbol específicamente y por eso estudio Comunicación Audiovisual. No había periodismo por las tardes porque era el único momento que iba a poder ir a clase e intento compatibilizar al máximo el fútbol con los estudios”.
Su familia y sus amigos han tenido mucho que ver en la progresión de Fernando Cano. Son ellos su mayor apoyo y su mejor trofeo. “El fútbol es mi pasión y lo que he querido desde pequeño pero para mí lo más importante es la salud de mis familiares y amigos”. Le gustan grupos españoles como Fito, Melendi y la música electrónica de vez en cuando. Lee libros de motivación personal, de superación y ve todo tipo de películas.
Durante la entrevista, Cano se refería al VCF como club. Le resultó difícil escoger su momento más feliz dentro de la entidad blanquinegra. “He vivido tantos momentos felices aquí en el VCF que no sabría quedarme con alguno. Quizás torneos que hemos ganado fuera de aquí, muchas ligas y la salvación el año pasado con el Mestalla en la promoción de descenso también fue un momento muy bonito”.
En la Ciudad Deportiva de Paterna se siente como en su casa. Comprometido y luchador. Tanto es así, que cuando acabó la charla, como buen caballero, dejó que saliera yo primera y, mientras le contaba dónde la podría leer iba apagando todas las luces y cerrando las puertas de todas aquellas estancias por las que pasábamos. Muy corto es el recorrido que le separa de Mestalla, donde pronto abrirá sus puertas e iluminará Mestalla con su juego.