La cubierta textil y el silencio del Nou Mestalla contra el sonido de la traca de Forment y el gol de Diego López

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Valencia guarda silencio ante el escándalo de las sedes del Mundial
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Sabe que depende de la FIFA y que fue injusto que la RFEF no les esperara en julio
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Se va una semana feliz en lo deportivo
Se fue una semana feliz en lo deportivo, porque el Valencia CF con su triunfo ante el Mallorca da un paso muy importante hacia la salvación, escandalosamente escandalosa por lo que a las sedes del Mundial 2030 se refiere. Una vez más la RFEF demostró que ha sido -veremos qué pasa con Rafael Louzán- un órgano podrido en el que la claridad y la honestidad no siempre fueron sus divisas. Advertido quedó en su día que dejar fuera a Valencia el 18 de julio sabiendo que el 12 de ese mes tenía ya licencias para el Nou Mestalla, el 23 las fichas urbanísticas y el 24 firmó el Stadium Agreement con la FIFA, era una barbaridad. Claro, por aquel entonces, uno desconocía los martillazos que se daban en las reuniones al son que marcaba María Tato para meter a Anoeta y cargarse a Vigo. Por fortuna, ninguno de esos están, la candidatura de Valencia cuenta con todos los apoyos y estoy convencido de que la FIFA no se dejará fuera a la tercera ciudad del país que, además, tendrá el estadio más moderno y uno de los más grandes de la candidatura.

El silencio de Valencia con el Nou Mestalla
Como periodista intenté escuchar a la candidatura de Valencia tras el escándalo de Vigo. Optaron por el silencio, sabiendo que el escándalo de la elección de las sedes está pasado y que, haciendo las cosas bien, la FIFA responderá. Al contrario, del Nou Mestalla lo que te llega es el textil para la cubierta que ahora mismo se confecciona en los talleres y el sonido de los camiones que cambian las hormigoneras para empezar la fase de arquitectura.

El ruido de Mestalla y su debate
Contra el silencio del Nou Mestalla y el trabajo en la sombra, me llega el ruido de Mestalla. Primero, por el ambientazo contra la Selección, que ha supuesto un espaldarazo para la candidatura de Valencia para el Mundial 2030, y que también ha avivado el sueño de quedarse en Mestalla y no irse al nuevo.
Precisamente, tras el ruido de la traca del Gol de Forment, (maravillosa tradición que Rafa Lahuerta y el colectivo Últimes Vesprades a Mestalla mantienen viva) escuché de nuevo el discurso reivindicativo y, para un servidor anacrónico, de quedarse en el campo. Parece que los que defendemos que es un debate pasado lo hacemos por gusto a derribar el viejo coliseo valencianista. Nada más lejos de la realidad. Insisto en que seré el primero que llore cuando vea derribar Mestalla, pero tengo clarísimo que, tras el dinero invertido, con las obras de nuevo campo en marcha y la necesidad económica de este club, no hay alternativa posible a mudarse a una nueva casa: mejor, más moderna y que dé más dinero al Valencia CF. La traca de Forment seguiremos tirándola en la Avenida de Suecia, y recordaremos ese campo que tantas alegrías nos dio como recordarían en su día los más viejos del lugar dónde estuvo Algirós o dónde estaba Sarriá, el campo del Espanyol dónde el Valencia ganó una Liga, pero no me pidan que gaste mis energías en un debate que considero estéril y caduco.

Ahora aspiro a que algún día el Nou Mestalla genere tanto pavor en los rivales como lo sigue haciendo hoy en día nuestro viejito y querido Mestalla. Y si no, que se lo digan al Mallorca y a Diego López, que lo puso en pie una vez más este domingo. Feliz semana.
David Torres
Delegado de ElDesmarque en Valencia