Larduet, revelación de la gimnasia mundial en 2015, quiere darse "un alegrón"
El gimnasta cubano Manrique Larduet Bicet, la revelación de la gimnasia mundial en 2015 con su segundo puesto en los Mundiales de Glasgow, está dispuesto a darle "el alegrón más grande" a su familia, a su entrenador, a su país y a sí mismo en los Juegos de Río, si alcanza el podio que busca.
Raquel Martori
"Estoy orgulloso de participar. Es el sueño más grande que pueda tener un atleta y pienso llegar allá como quiero", dijo el gimnasta a Efe en un receso de los entrenamientos que realiza en la Escuela Nacional de Gimnasia en La Habana.
Con 20 años recién cumplidos, Larduet es dueño de un importante palmarés en el que resalta su medalla de plata en el concurso completo de los Mundiales de Glasgow, solo por detrás del gimnasta con mejor palmarés de la historia: el japonés Koheui Uchimura, seis veces campeón mundial y vigente campeón olímpico.
También ganó allí el cubano el bronce en la especialidad de barra.
"Esa actuación significó mucho para mí. Después que alcancé la medalla, solo dormí unas dos horas porque no me lo creía todavía. Nunca pensé que alcanzar la medalla de plata individual me iba a dar la clasificación olímpica", subrayó.
En ese mundial, Larduet logró cuatro notas por encima de 15 puntos, en paralelas (15.733), salto (15.433), barra (15.333) y anillas (15.233). Completó con 14.666 en suelo y 14.300 en caballo con arcos.
Desde entonces, el "sueño" de Larduet es "ser el primer gimnasta cubano con una medalla olímpica" y con esa aspiración se ha preparado, confesó a Efe.
Larduet dice que de todos los ejercicios que ejecuta en los aparatos de la gimnasia su preferido es el de las barras paralelas. "En realidad me gustan todos, pero uno siempre tiene unos como más aventajados que otros", señaló.
Aunque reconoce que se siente "un poco nervioso" en el caballo con arcos, asegura que es "un atleta completo y eso es lo principal que tiene un gimnasta".
En enero de este año olímpico, esta joven promesa tuvo un interesante encuentro con una leyenda de su deporte, la rumana Nadia Comaneci, que visitó Cuba.
"Es una gimnasta que admiro mucho", dijo Larduet y se manifestó "agradecido" de haber conocido a esa "supergimnasta" que para él es "la perfección" y le "impresionó" que hablara de él.
Fuera de su rutina de entrenamientos, Larduet dedica gran parte de su tiempo libre a escuchar música, preferentemente del género hip hop, y reconoce que no tiene las mismas posibilidades que otros jóvenes: "Por algo soy atleta y siempre es bueno el sacrificio que sirve para algo en el futuro".
Su jornada comienza bien temprano con ejercicios y se declara convencido de que debe cumplir con las orientaciones de su entrenador, Carlos Gil, a quien ha confiado la "forma deportiva" que necesita alcanzar para enfrentar sus nuevos desafíos.
Gil, quien tiene a Larduet como pupilo desde hace nueve años, dijo que ahora trabaja en la consolidación de la estrategia de este talentoso atleta que tiene como principal cualidad la "disciplina", y con quien está trabajando "fuerte" en busca de la "perfección" y un "buen resultado".