Lo que le faltaba a Jorge Martín, rompe el motor de su Aprilia nada más salir a Balaton Park

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El madrileño, finalmente, termina décimo en los primeros libres
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A los pocos minutos de salir a pista, el motor dijo basta
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Jorge Martín coge conciencia de su situación y cambia el enfoque
Jorge Martín ha empezado de la peor manera posible el Gran Premio de Hungría. Su cambio de discurso nada más pisar Balaton Park era muy claro: no arriesgar más de la cuenta e ir de menos a más en lo que resta de 2025. Tras caerse hasta en dos ocasiones en el último fin de semana en Spielberg, la realidad de Martín es que no le vale la pena arriesgarse más de la cuenta. Aunque no esté acostumbrado a competir en el grupo trasero de la parrilla de MotoGP, esta debe ser su realidad hasta que logre adaptarse al 100% a la Aprilia. Pero eso no pasará de un día para otro. Y si encima, en un trazado nuevo como el húngaro, es ahora la moto italiana la que falla... lo que le faltaba.
El piloto madrileño, como el resto de competidores en el Mundial, encara una jornada muy importante: resolver todas las dudas de Balaton Park subido en una MotoGP. Es la primera vez que pilotan en este trazado con una moto de gran cilindrada y la FP1 era de vital importancia para la adaptación. Sin embargo, el día no pudo empezar de la peor manera posible para los intereses de Martín. Poco después de salir a pista y de colocarse en séptima posición, el motor de la Aprilia dijo basta. Empezó a salir el típico humo blanco que significa claramente una rotura total del motor. El español no pudo hacer nada, solo dejar la moto aparcada en la grava de la primera curva y poner rumbo al box para coger su segunda moto. Finalmente, ya al terminar la sesión, Martín marcó el décimo mejor tiempo.
HUGE engine blow up for @88jorgemartin 💥💨#HungarianGP 🇭🇺 pic.twitter.com/sVpOaw31jL
— MotoGP™🏁 (@MotoGP) August 22, 2025
De Jorge Martín a Raúl Fernández: el problema de Aprilia
Más allá de la situación de Jorge Martín, las alarmas en Aprilia se encendieron de nuevo a los pocos minutos. Otra de sus motos, en este caso de la Raúl Fernandéz en el Trackhouse, también tuvo el mismo destino. En este caso, el madrileño se detuvo en otro punto del circuito, pero con los mismos síntomas: ese característico humo blanco que corrobora que el motor de la moto está en las últimas.
Un inicio muy alarmante para la marca de Noale, que llegaba a Hungría con buenas sensaciones gracias a la tercera posición de Marco Bezzecchi en Austria. En el caso de Raúl, en la FP1, solo pudo terminar decimosexto.
