La historia de Alfred Hitchcock en El Ministerio del Tiempo
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El Ministerio del Tiempo (2015-) estrena su tercera temporada a lo grande, con Alfred Hitckcock como invitado de excepción, la figura histórica del capítulo y al que dará vida el ganador del Goya José Ángel Egido. Aprovechando el paso del maestro británico y la actriz Kim Novak por España para presentar en el Festival de San Sebastián su film Vértigo (1958), Javier Olivares y su equipo han creado un episodio que, según avanza la promo, no sólo tendrá al cineasta como personaje sino como leitmotiv argumental, ya que parece que está lleno de referencias y guiños a su cine. Pero tiene hasta un sentido de por sí que Hitchcock sea un personaje en una serie televisión.
La relación de Alfred Hitchcock con la televisión es una de sus facetas menos conocidas. Se sabe de ella, evidentemente, pero su maravillosa filmografía suele ser el tema principal de discusión a la hora de hablar de él. Tiene sentido, pero en la pequeña pantalla hizo maravillas también, ya sea con Alfred Hitchcock Presenta (1955-1965) o en La hora de Alfred Hitchcock (1962-1965), series compuestas de capítulos independientes que se abordaban como TV-Movies con entidad y que contaban con sardónicas introducciones del maestro del suspense, cuyo sentido del humor inundaba cada fotograma. Dirigió además casi veinte entregas de los programas, y su silueta y melodía son ya icónicas. De hecho, hasta se llevó a su equipo televisivo y lo aprendido para rodar rápida y económicamente para hacer la extraordinaria Psicosis (1960), que varios estudios no querían que rodara por su argumento.
Sea cine o televisión, Alfred Hitchcock era un narrador de historias nato, que confiaba en el poder de la imagen más que nada. Los diálogos podían ser ordinarios, las interpretaciones forzadas, los argumentos imposibles, pero la composición del encuadre, los movimientos de cámara y todos los aspectos técnicos cumplían a la perfección. Una combinación intachable que tenía como última instancia hacérselo pasar bien al espectador. Hitchcock, por propia admisión, pensaba en la audiencia más que en nada y nadie al hacer cine (sólo hay que pensar en el último plano de su filmografía).
Nominado al Óscar como Director en cinco ocasiones, sin ganarlo, esta figura polémica y adorada tiene detractores que hablan de un carácter imposible y una actitud depredadora contra las actrices. Alfred Hitchcock está ahí desde los comienzos del cine, ya que hizo películas mudas en Reino Unido y en el año de su muerte, 1980, preparaba varios largometrajes. Conquistó Hollywood a lo grande, trabajando con libertad y con las mayores estrellas del momento, impuso sus propias reglas, innovó en la narrativa y creó, sin revelarlo nunca con claridad, toda una corriente de imaginería subconsciente en su cine (Salvador Dalí le hizo una secuencia onírica, ¿qué más se puede pedir?) que ha quedado para que la analicemos una y otra vez. Es un más que digno personaje para que El Ministerio del Tiempo le dedique una entrega, y qué ganas de que llegue ya esta noche.