Kepa y la Fábula de la Cultura y el Vestido
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Al ser superior se le antojó un nuevo fichaje para su particular pasión, como a quien se le antoja comer un plato de gulas que no sean sucedáneas de las originales. Aunque esta pasión suya llamada Real Madrid sea una sociedad deportiva no mercantil con más de 61.000 socios soberanos, el ser superior se comporta como si fuera el único dueño del club.
Después de intentar fichar -infructuosamente- al portero que solía medir 2,15 metros con peinado de cresta y que hoy defiende la portería del Manchester United de José Mourinho y que antes fue cancerbero del Atlético de Madrid y que lo es de la selección española, el ser superior acaso pensó que esta vez no merecía la pena insistir con el presente sino hacer, una vez en su gestión deportiva, una apuesta de futuro. Entonces David De Gea dejó de interesar y surgió en el horizonte de proximidad el portero español con más proyección: Kepa Arrizabalaga, custodio bajo palos del primer equipo del Athletic Club de Bilbao. El perfil de Kepa en la web Transfermarkt.com es escueto pero preciso: en el Athletic Club desde el 1° de julio de 2014, 23 años, de 1,89 metros de altura, diestro, internacional con La Rojita, con contrato hasta el 30 de junio de 2018. Y como seguro en la portería de La Roja bajo la dirección técnica de Julen Lopetegui. Y se decidió: éste es el portero que quiere. Y será de él, qué duda cabe. Los Reyes Magos modelo 2018 se encargarán de ello en enero próximo, cuando promedie la apertura del mercado de fichajes del invierno boreal de esta Liga Santander.
Poco podrán hacer las autoridades del Athletic para retener a Kepa: el diálogo entre las partes por su renovación se hace sobre posiciones y no sobre intereses: lo que se quiere por sobre el porqué se quiere lo que se quiere. La prensa deportiva ya sitúa a Kepa en el Bernabéu y donde tercie defendiendo un blanco desabrido o brillante según sea el desempeño colectivo de cada temporada futura. El ser superior miró sus bolsillos y encontró la calderilla de 20 millones de euros que cuesta la cláusula de rescisión del contrato de Kepa. Acceso al crédito bancario no le faltará. Pero antes, el Athletic y el Madrid tendrán que verse las caras en San Mamés este sábado 2 de diciembre. Kepa esá con un tobillo inflamado y es duda para el choque. No es el único doliente en el club bilbaíno: la afición athleticale está con las gargantas inflamadas de tanto pedir a la directiva de su club que Kepa tiene que quedarse en el Athletic, que es medular en el equipo, aunque éste se muestre oscilante, timorato, inseguro, sin una dirección clara y certera en esta temporada. A veces, las historias de fútbol parecen cosas de niños. Decía Mafalda a su amiga Susanita que cuando fuera grande quería tener mucha cultura. Susanita le replicaba que ella quería tener muchos vestidos. Mafalda se mantenía en sus trece, hasta que Susanita le hizo ver el pragmatismo de la vida: "Probá salir sin vestido". Mafalda lo pensó y le propinó un chachetazo. Y se fue, maldiciendo: "Es triste pegarle a alguien que tiene razón". El Athletic se mantiene en su posición de tener mucha cultura de fútbol. El Madrid, en la suya de tener muchos cromos para vender camisetas y seguir presumiendo de que en su equipo juegan los mejores del mundo. Como Mafalda, yo quiero tener mucha cultura: ése es mi interés, no mi posición. Pero me preocupan los vestidos, porque sé que sin ellos no podré salir. Me pregunto si la realidad me pegará un bofetazo con la salida del Kepa, para mostrarme que ella tiene razón y que yo apenas tengo un cándido idealismo y mis sueños.
Por Alejandra Herranz. Blogger argentina, athleticzale y periodista.
@aleherranz
Blog: Desde el promontorio