Lo de guapa sobra
De un tiempo a esta parte el piropo no sólo ha caído en desuso, sino que puede ser motivo de denuncia. Cuestiono si algún colectivo está confundiendo la espontaneidad con la decencia, si se camina hacia adelante o nos queremos refugiar en el pasado.
Parto de la base que la enviada de Mediaset al Mundial de Rusia ha tenido que lidiar con una legión de tontos y mirones e incluso reprender a un señor que al ser cuestionado por el partido le dijo el consabido: ”dime guapa”, un arranque de conversación rancio y manido pero lejos de poder considerase una ofensa personal, aunque en ese momento sonó más a superioridad que a elogio sobre la belleza.
En cuestiones de belleza me gusta viajar solo, por eso me duele especialmente cuando se apela al todos los hombres son iguales. Vamos, ni de coña.
Lo primero es la educación y por supuesto las formas, después está el contexto. A mí no se me hubiese ocurrido, pero considero que muchas jóvenes periodistas con tanto talento o más que la enviada en cuestión se habrán quedado fuera del casting por feas.
Y, entiéndase “fea” como poco atractiva ante el objetivo sea por sobrepeso o imperfecciones. Quien explica a estas jóvenes que lo de guapa sobra. Mejor que sea una mujer, digo yo.
La enviada estará contenta por ese corte, que ha tenido mucha difusión en tiempos de manadas de cabrones, sobones, acosadores y lerdos, pero en su fuero interno sabe que nadie puede renunciar a un don natural que a día de hoy sigue abriendo demasiadas puertas.
Y ahora no son solo los hombres los que tienen la potestad de elegir a la infantería en las pruebas previas, porque en la realidad lo de guapa o guapo no ha sobrado nunca.
Por Patxi Herranz, periodista de El Correo y Radio Popular
Hola, soy María Gómez, periodista. Mi trabajo consiste en contar historias, así que os contaré la mía para que nadie lo haga por mí. pic.twitter.com/lrhpujn8jj
— María Gómez (@maria__gomez) 3 de julio de 2018
