Tres candidatos, un solo Athletic

Aunque esto no vaya de mí, diré para contextualizar que quienes me conocen, me tienen por un zoquete tecnológico. Un cerrojo digital. Y añado por mi parte, bastante objetor de ese mundo virtual en el que, habiendo aspectos positivos,  prevalece la ley de la selva en forma de inseguridad jurídica, privación de intimidad o discriminación de grandes sectores de la población en favor de administraciones, bancos y multinacionales.

Tras enormes esfuerzos de inmersión tecnológica conseguí como gran reto acceder al Marca Digital. Y aquello me ayudó a entender mejor el novedoso mundo de las redes. Hará como tres lustros de aquello.

La primera noticia digital a la que accedí era neutra, inocente diría yo. Más o menos venía a decir “Marcelo se está recuperando del esguince de tobillo”. O similar. Y a continuación venían los comentarios digitales a la noticia. Unos 2.500 más o menos.

La primera de las aportaciones digitales no llamaba mucho la atención. Venía a decir “no creo que Marcelo llegue al partido del domingo”. Ya la segunda abría fuego de forma más directa. “Pues que se joda”.

A partir de ahí, los 2.498 comentarios siguientes iban abandonando el tema de Marcelo y el Real Madrid, y pasaban a ser insultos, imprecaciones, críticas furibundas a España, a los catalanes, a los vascos, a los brasileños, a las madres de unos y otros, y mayormente predominaban los mutuos y fervientes deseos de grandes males y desgracias irreversibles.

Bienvenido a la selva de las RRSS, también en el Athletic Club...

Desafortunadamente ese campo de la maledicencia amarga y destructiva desde el anonimato llegó también al Athletic Club. De otro modo, pero también. Que se lo pregunten a Aitor Elizegi, a quien sólo se ha dejado de zarandear tras anunciar su salida, después de un mandato objetivamente positivo.

El embarramiento llegó en tiempo de elecciones, donde se juegan las cosas, pero también antes y después de las elecciones. Para minar al candidato rival, para desgastarle en su mandato, para hacerse sitio en las siguientes elecciones. Para el interés propio de gente que dice buscar el bien del Athletic.

Y en estas elecciones de 2022, con tres candidatos sólidos y contrastados, con trayectorias de éxito profesional, acompañados de buenas planchas, vuelven a aparecer bulos y maledicencias.

A Uriarte, con su aparición estelar, le caen de todos los colores. A Arechabaleta, de quien es difícil encontrar alguien que hable mal personalmente, también le critican por ser de Vocento, empresa que por otra parte tiene los periódicos con mayor aceptación en Euskadi. Y para Barkala seguro que también hay leña.

Una amplia base de los socios del Athletic podría votar por convicción a cada uno de los candidatos. Porque son sólidos.

Y el socio va a decidir su voto por lo que ilusionen y por lo que aporten en campaña.

Por equipos técnicos contrastados, por garantizar el futuro económico del Athletic, por conseguir que el equipo femenino no pierda jerarquía por la llegada del gran capitalismo a los clubes, por primar al socio fiel que resiste a las dificultades y horarios de un deporte que es cada vez más un negocio televisivo, por mejorar la posición del Athletic ante Federación y LaLiga Profesional, por optimizar el enorme potencial de la Fundación, por devolver a Lezama el gen competitivo, fiero y ganador de otras épocas,…

Casi todos los socios del Athletic quieren lo mismo, o parecido. Que entre el pelotón. En la clasificación histórica de la liga somos el quinto clasificado. En la clasificación media de los últimos 40 años, somos el octavo. Y en ese estrecho límite entre el octavo y el quinto, el sexto o el séptimo, se pone el listón del éxito, del fracaso o de la simple mediocridad.

Por lo demás, al Athletic le queremos igual. Y cuanto peor le vayan las cosas, más le querremos. Eso nos hace únicos.

Tenemos motivos para ilusionarnos con tres candidaturas serias, potentes, contrastadas, con protagonistas exitosos en lo suyo. Y cuando se dispone de gente con tanto gol, no les tengamos en el área propia, achicando balones de cabeza con barro hasta las rodillas.

Han venido al Athletic a meter goles. Pues no embarremos el campo.

· Por Gonzalo Arroita Berenguer, Letrado y Urbanista