China pide paso a un año de los Juegos de Río
China cerró una notable actuación como anfitriona de sus primeros Mundiales de Atletismo, con récord histórico de medallas para el país (nueve, aunque solo una fue de oro), inesperadas hazañas en velocidad y saltos y la sensación de que en los Juegos Olímpicos de Río la progresión podría continuar.Antonio Broto
Con la ventaja de jugar en casa, y pese a la dolorosa retirada de su gran leyenda en el tartán, el vallista Liu Xiang, China consiguió un oro, siete platas y un bronce, una medalla más que en su mejor actuación, los Mundiales de Stuttgart 1993, donde logró cuatro oros, dos platas y otros tantos bronces.
En aquellos Mundiales de hace 22 años, en todo caso, el éxito chino descansó en el controvertido entrenador Ma Junren, aquel "mago" que decía basar sus éxitos en la medicina tradicional oriental, aunque siempre se sospechó que usó sustancias dopantes para encumbrar a atletas hasta entonces totalmente desconocidas.
En Pekín 2015 el único oro chino llegó en una prueba que tradicionalmente ha dado alegrías al gigante asiático, la marcha femenina, donde Liu Hong consiguió en los 20 kilómetros una victoria que se le había resistido en anteriores Mundiales (fue bronce en 2009, plata en 2011 y bronce de nuevo en 2013).
Su compañera Lü Xiuzhi le acompañó en el podio con una plata.
Sin embargo, cuando a los aficionados chinos les pregunten dentro de muchos años qué es lo que más recuerdan de Pekín 2015 es seguro que la mayoría no hablarán de la marcha, sino de aquella final del 4x100 masculino en la que los chinos se llevaron una plata que nadie hubiera imaginado antes.
Apoyados por su gran ídolo actual en el atletismo, el velocista Su Bingtian, los chinos entraron terceros en la meta, por detrás de la Jamaica de Usain Bolt y los EEUU de Justin Gatlin, pero los jueces eliminaron a los estadounidenses por dar mal un relevo y el Estadio Nido de Pájaro rugió de felicidad.
Su, el único asiático que ha conseguido correr los 100 metros por debajo de los 10 segundos, logró además otra hazaña inolvidable para los chinos al clasificarse para la prueba reina de unos Mundiales de la IAAF, la final de los 100 metros, en la que fue último pero corrió feliz junto a Bolt y Gatlin.
Estas machadas pusieron a China en el mapa de la velocidad, que parecía durante años un coto privado de caribeños y estadounidenses, pero el país asiático además logró un gran salto adelante, y nunca mejor dicho, en las pruebas de longitud y altura, en las que también logró estar en el podio.
En la final de salto de longitud China consiguió la proeza de meter a tres de sus atletas en la final, y uno de ellos, Wang Jianan, consiguió el bronce, mientras que Gao Xinglong fue cuarto y Li Jinzhe, popular por su llamativo pelo anaranjado, les escoltó en quinta posición.
En altura, el espigado Zhang Guowei hizo soñar a los locales con una histórica victoria en la última jornada, durante una final de infarto, pero tuvo que conformarse con la plata, compartida con el ucraniano Bondarenko, que defendía el título mundial logrado en Moscú.
En lanzamientos femeninos, que en los últimos años han sido frecuente fuente de medallas para China en Juegos Olímpicos y Mundiales, el equipo anfitrión no falló y logró platas en peso, martillo y jabalina, aunque supieron a poco, sobre todo ésta última.
En peso, Gong Lijiao mejoró un puesto su bronce de Londres 2012, la lanzadora de martillo Zhang Wenxiu hizo lo mismo (había sido tercera en Pekín 2008 y en los Mundiales de 2007, 2011 y 2013), y en jabalina una hasta ahora desconocida Lü Huihui también fue segunda, aunque creyó tener el oro casi hasta el final.
Lü encabezaba la prueba con 66,13 metros cuando sólo faltaba un lanzamiento, el de su rival alemana Christin Molitor, pero ésta enmudeció el estadio con una marca que superaba a la de la china en más de un metro (67,69), arrebatándole el oro en el último suspiro.
Otro oro que se escapó para los chinos cuando casi lo celebraban fue el del 20 kilómetros marcha masculino, donde Wang Zhen, bronce en los JJOO de Londres, lideraba la carrera en los últimos kilómetros pero de repente le sobrepasó un imparable murciano llamado Miguel Ángel López.
Con estas medallas, más de las que se esperaba, China, un país que es potencia en muchos deportes pero donde el atletismo no acababa de despegar, consiguió una sensible mejora respecto a Moscú 2013, donde no logró ningún oro, una plata y cuatro bronces.
El gigante asiático, que consiguió recientemente un histórico primer puesto en los Mundiales de Natación de Kazán, aún tiene mucho que recorrer en el deporte rey de los Juegos Olímpicos, pero ha mostrado que tiene potencial para hacerlo.
"Esta actuación prueba nuestros esfuerzos por mostrar que los atletas chinos pueden saltar, correr, marchar y ganar medallas", destacó en la valoración final de los Mundiales el presidente del comité organizador, Du Zhaocai.