La lanzadera de Nadal
Estoy en condiciones de competir bien”. Con ese mensaje vuelve Rafael Nadal a empuñar la raqueta en competición oficial tras tres meses de baja por una lesión en la muñeca derecha, que todavía le molesta. La meta, en cualquier caso, es la misma de siempre.
"El objetivo para el resto del año es jugar lo mejor posible y ganar el máximo de partidos”, explicó Francis Roig por teléfono desde Pekín, donde el campeón de 14 grandes debuta hoy en dobles con Pablo Andújar (se miden a Tomas Berdych y John Isner) y mañana en individuales ante Richard Gasquet.
"Todavía quedan puntos y hay que intentar acabar lo más arriba posible para el año que viene empezar con más confianza”, siguió, recordando que el mallorquín puede terminar como número uno la temporada, pese a que en verano no pudo defender los 4000 puntos de su ránking puestos en juego que volaron en menos de un mes (Canadá, Cincinanti y Abierto de los Estados Unidos) sin oposición alguna.
"A diferencia de cuando ha sido una lesión de espalda o de rodilla, sabíamos más el tiempo de recuperación al ser solo una pequeña rotura”, examinó Roig sobre la desinserción de la vaina cubital posterior que Nadal sufrió en la muñeca derecha preparándose para la gira estadounidense en Manacor enfrentándose a un período de baja distinto.
El español, que primero protegió con una férula la articulación y luego se ejercitó sin ella , entrenó, entrenó y entrenó, por lo que nunca perdió el contacto directo con la raqueta y la pelota. Primero, Nadal no tocó ni una bola con el revés a dos manos, el tiro que le provocó la lesión y el que le obligó a convertir el cortado en una obligación. Después, progresivamente, incorporó ese golpe a su argumentario.
Por último, recuperado y preparado para pelear, se subió en un avión hacia Kazajistán (donde ganó una exhibición a Tsonga) que le llevó después a Pekín. ”El revés cortado lo ha entrenado, pero ha practicado la derecha aún más de lo que lo hace normalmente”, radiografió el técnico sobre el golpe vertebral del español. “Evidentemente, ayuda haber entrenado más ese cortado, pero cuando compita tendrá que utilizar el revés a dos manos.
“Y regresar de una lesión no me da motivación extra, ya que mi motivación siempre es alta”, explicó Nadal ante la prensa en China. “Los finales de año siempre han sido complicados para mí y seguramente esta temporada será igual porque llevo tres meses parado. Voy a tratar de jugar de la mejor forma en estos dos torneos y estar preparado para cuando el circuito regrese a Europa”, dijo el mallorquín sobre Pekín y Shanghái, que deberían ser un trampolín para aspirar a todo en Basilea, París-Bercy y Londres, donde se disputa la Copa de Maestros, el gran título que falta en su currículo.
"Es un jugador que siempre tiene ambición cuando va a los torneos, que nunca la pierde durante el año”, coincidió Roig. “Puede servirle para llegar más fresco, pero lo que ganas por un lado, lo puedes perder por el otro porque le falta ritmo de competición y esto se puede notar”, prosiguió. “Todo dependerá de cómo haya jugado los torneos anteriores, con la confianza que llegue a Londres. Si gana partidos seguro que irá con más convicción de poder ganar el torneo.
No obstante, la Copa de Maestros es una prueba muy exigente. Todos los encuentros son muy difíciles y es complicado. Él siempre lo ha intentado hacer bien, pero muchas veces no ha podido ser”.
De entrada, Pekín y el retorno a la competición tras un verano en el que Nadal solo pisó la pista para entrenar. Allí, donde en 2005 ganó el torneo, en 2008 se colgó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos y en 2013 recuperó el número uno del mundo, el mallorquín se enfrenta a mil peligros: el reencuentro con la competición oficial (con jugadores adaptados al ritmo de crucero de una temporada a punto de morir), un enredado cuadro (Gasquet, Karlovic, Gulbis o Berdych van por su camino) y Nole, siempre Nole, que de momento sigue dispuesto a luchar (defiende 4000 puntos porque en 2013 ganó Pekín, Shanghái, París-Bercy y la Copa de Maestros) hasta que sea padre, lo que ocurrirá durante las próximas semanas.
"Él domina casi todos los torneos, ¿no?”, preguntó Nadal en voz alta sobre el serbio, su rival por el trono y por la mayoría de los títulos del calendario. “Siempre está en semifinales, en las finales, ganando… Es uno de los mejores jugadores que he visto. Es normal que en una buena pista para su tipo de juego como esta tenga muchas victorias. Son buenas condiciones para él.
Le gusta jugar aquí. Veremos qué pasa este año”, se despidió el número dos del mundo antes de subirse a la lanzadera: de Pekín a Shanghái y de Shanghái a por todas tras aprovechar los dos torneos de Asia para bucear en busca de ritmo que le haga volar y problemas que solucionar. La diferencia entre entrenar y competir.
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