Bittersweet Birthday se pasa de rosca con la narrativa y rompe el ritmo de su propia acción
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Los numerosos flashbacks y el apartado tipo aventura gráfica con intercambio de objetos, quitándote constantemente el control para meter cuadros de texto, enturbia la experiencia
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El guion oculto de The Wolf Among Us 2 escrito por los creadores de Dispatch
El estudio World Eater Games debuta con Bittersweet Birthday, un indie de acción y exploración que combina jefes exigentes, un apartado artístico muy cuidado y una historia emocional marcada por la amnesia y los lazos familiares. El título está disponible en PlayStation 5, Nintendo Switch, Xbox Series X y Series S y PC. Es un proyecto con virtudes pero irregular, que apuesta por mezclar combate, puzles, narrativa fragmentada y una estética pixel art de las que te entran por los ojos desde el primer minuto. Eso sí, el sabor es que paga el peaje de ser un nuevo estudio ante su primer trabajo independiente, porque da la sensación de que comete errores de novato. Vamos con su análisis.
Bittersweet Birthday ofrece una historia intrigante, mal contada
La aventura comienza cuando un joven sin memoria despierta atrapado en una instalación misteriosa. Perseguido por fuerzas que no comprende, una voz procedente de la megafonía le guía para escapar de lo que acaba siendo un laboratorio donde experimentan con él. Poco a poco, mediante flashbacks y a través del sistema de Memorias, el jugador descubre piezas de su pasado. Una vida tranquila en una isla remota, un vínculo profundo con su hermano Rocc, quien resulta ser una especie de deidad, y un trauma que lo ha dejado literalmente roto por dentro.
Sin entrar en spoilers, Bittersweet Birthday trata temas como la reconstrucción de la identidad, la culpa, la pérdida. Reconocernos a nosotros mismos en nuestros seres queridos incluso cuando no recordamos quiénes somos. Es una historia que juega con la idea de recomponer un yo fragmentado mientras escapas, físicamente, de ese laboratorio inicial.
Ahora bien, el juego tiene problemas serios de ritmo. Las interrupciones continuas a través de diálogos, flashbacks y escenas cortan la exploración y frenan el avance a poco que intentas meterte en la partida. Del mismo modo, esa dualidad de historia actual huyendo del laboratorio y la trama secundaria con los flashbacks intercalados hacen que sea algo difícil mantener la atención o el foco en ordenar el puzle.
El combate mola, pero los intercambios tipo aventura gráfica...
Otro de los problemas de este ritmo se da cuando estamos en los flashbacks. Ahí tendremos algunos momentos de intercambiar objetos, tipo aventura gráfica, más propio de juegos point and click, que destroza por completo el ritmo del juego. En estos momentos te encuentras en un pueblo donde puede haber, fácil, 15 o 20 NPC congregados en un pueblo que, además de ser bastante amplio, no nos ofrece ningún medio para caminar más rápido (correr, una bicicleta... ¡algo!).
Algunos intercambios son obvios, pero ni así está claro cómo llevarlos a cabo. Por citar un ejemplo concreto: un niño necesita madera, un hombre tiene un hacha rota y una mujer tiene un taller donde arregla todo tipo de herramientas. Dos y dos son cuatro, ¿no? Pues bien, tras hablar constantemente con los tres NPC (y con todos los demás), la interacción no se desbloquea. Por el contrario, otras situaciones se resuelven porque sí, por la cara, sin mayor explicación. Muy afortunadamente, todo eso se puede saltar, obviándolo y dejándolo de lado.
Este es, sin duda, el peor apartado del juego. Por otra parte, durante las interacciones vas encontrando monedas que podrás gastar en un gachapón, donde nos tocarán figuritas que... honestamente, no sé si sirven para otra cosa que no sea como coleccionables.
Por otra parte, el combate es muy sencillo pero está bien. Tienes tres acciones: ataque débil, ataque fuerte y rodar (esquiva). La dinámica es muy tipo Souls, se trata de leer los patrones de ataque y esquivar hasta que terminen. Entonces, el enemigo queda vulnerable para recibir nuestros golpes. Nosotros tendremos una barra de stamina que se irá gastando a medida que golpeamos o rodamos. Del mismo modo, también la tendrá el enemigo. Por eso, cuando asestemos los suficientes golpes fuertes después de un ataque, podremos provocar ruptura o 'stunear' al enemigo.
En este sentido, los patrones de los enemigos también están un poco mal medidos. Y es que los combates comienzan siendo facilones hasta que cambian de fase. Entonces, casi todos comienzan a hacer ataques en área muy amplios y continuados, por lo que resulta fácil quedarse sin stamina mientras huyes. Como te enganchen no te sueltan, y muy posiblemente te lleves una retahíla de golpes que te mate en el momento, o te deje con muy poca vida. Está mal medido. De todos modos, cuando se centra un poco en los combates, el título mejora. Por eso su modo 'boss rush' engancha, aunque se hace repetitivo muy pronto.
Las memorias y el arte son lo mejor de Bittersweet Birthday
Pero no todo lo que hace Bittersweet Birthday es malo, ni muchísimo menos. Y es que este juego se ha sacado un sistema llamado Memorias, que te permite tener una experiencia completamente modulada del juego. Vienes con varias, pero el resto las tienes que encontrar tú. Consisten en ciertas ventajas que te da el juego, desde mejoras de vida a la posibilidad de recuperar salud cuando golpeas (a lo Bloodborne) o reducir el daño recibido en cada golpe. Es completamente maleable y te permite adaptar tu propia experiencia, con la posibilidad tanto de hacerte las cosas más fáciles como más difíciles. Personalización total de la experiencia.
Por otra parte, sí que hay que destacar el arte de este juego. El píxel y las animaciones son encantadoras, incluso diría que entrañables cuando jugamos en los flashbacks. Las ilustraciones de los personajes que acompañan a veces los cuadros de texto son muy expresivas. En la parte del laboratorio luce mucho menos, pareciendo incluso artificial, pero tiene un filtro para simular televisiones CTR que, de hecho, le viene fenomenal para disimular los trazos de dibujo que se advierten en dicha zona con bastante facilidad. Del mismo modo, el diseño sonoro del juego también es francamente bueno, con sonido ambiente y músicas de combate que ya no es que acompañen, sino que sobresalen por encima del conjunto. También es adorable el sonidito del texto, cuando avanza, adaptándose al estado de ánimo que pretenden transmitir los personajes.
Sobre el rendimiento, poco que decir. Es un juego poco exigente y nosotros lo hemos jugado totalmente en Steam Deck.
Por último, el juego está bien traducido al español, aunque da la sensación de que la traducción la han realizado entre, al menos, dos personas diferentes. Por momentos el texto toma un tono muy argentino, y por momentos parece más neutro o incluso español castellano.
Conclusiones:
Bittersweet Birthday es un juego que brilla en el apartado artístico y cumple en el sistema de combate, pero que se pierde en darte detalles, texto, diálogos y NPC por doquier en algunos de sus apartados. La historia es intrigante, pero la forma de dar vueltas sobre sí misma, volver atrás cuando parece que estás avanzando y, sobre todo, quitarte constantemente el control del juego, le juega una malísima pasada. Pese a todo, consideramos que es un buen título de debut para el estudio, ya que logra contar algo que puede resultar interesante. Del mismo modo, destaca a nivel sonoro con buenas melodías. Y, por encima de todo, la moldeabilidad que ofrece el apartado de memorias es para reproducirlo sin dudarlo en sus futuros proyectos.
Lo bueno
- El sistema de Memorias permite personalizar la dificultad y el estilo de juego de forma muy flexible.
- Pixel art y diseño artístico muy cuidados, con animaciones y escenas ilustradas de gran nivel.
- Combate sencillo pero bien resuelto, basado en leer patrones y gestionar la stamina.
- Buen trabajo en sonido y ambientación, redondeando la experiencia narrativa.
Lo malo
- Ritmo narrativo irregular, con demasiadas interrupciones en forma de diálogos y escenas.
- La parte de intercambio de objetos es confusa y rompe la fluidez de la aventura.
- Puzles y misiones con soluciones poco claras o mal comunicadas al jugador.
- Algunos combates finales están mal calibrados, con patrones de daño excesivos.
Plataforma jugada: PC (Steam Deck)
64/100