El 'efecto Víctor' se alarga con un triunfo de oro en Gijón
Triunfo sufrido, trabajado y que se traduce en oxígeno. Otra remontada. Este plantel es otra cosa y, pensando en fútbol, juega y gana. El equipo salió mal al partido. El Sporting apretaba la salida del balón y ahí se generaban dudas tanto en la zaga como en el portero. A los nueve minutos, Eguaras se lió en la media luna y dejó el balón en bandeja para el gol de Djurdjevic, pero el serbio la envió al palo. Perdonó un gol clarísimo.
Con esos titubeos atrás se contagiaba todo el equipo y no había continuidad en el juego. Aún así, el espíritu ofensivo de Víctor permitía que se llegara con peligro. Un tiro de Ros estuvo a punto de batir a Mariño. Los laterales locales sufrían cuando se triangulaba por su zona.
El partido se había calmado y, justo en esa fase, llegó el primer gol del Sporting. Esta vez Djurdjievic sí que acierta a empujar al fondo de la red un balón que se quedó muerto entre varios jugadores del Real Zaragoza. El serbio era una pesadilla y de una jugada suya pudo llegar el segundo tanto sportinguista. Blackman no llegó a rematar con ventaja.
El Zaragoza lograba serenarse, aunque lo hizo mucho más después de empatar. Faltaba poco para llegar a la media hora y en un saque de esquina funciono la estrategia. Ros pone un centro medido a la cabeza de Álex Muñoz, que pone pegadito al palo haciendo imposible la estirada de Mariño. Con el 1-1 la cosa cambiaba y el equipo aragonés carburaba mejor encontrando a su faro: Íñigo Eguaras.
El partido se inclinó hacia el campo del Sporting. Marc Gual comenzaba ser una pesadilla para los centrales. En una acción combinativa de todo el equipo, Lasure puso un buen centro, el delantero catalán no conseguía conectar con la pelota. Sin embargo, Guti entró desde su banda y remató el 1-2. El fútbol es así. El Sporting no aprovechó sus ocasiones y los de Víctor, que vio el partido desde una cabina al estar sancionado, iban por delante.
Aún pudo ser mejor resultado. Soto Grado no señaló un claro derribo de Mariño sobre Marc Gual. El ariete se tiró de forma extraña y acabó viendo la amarilla por fingir, pero el meta asruriano le tocó con la rodilla y con la mano.
El Zaragoza salió al segundo tiempo a por el tercer gol. Gual tuvo un claro remate que, incomprensiblemente, envió fuera. Gran oportunidad. El Sporting estaba nervioso y su afición también. Los blanquillos lo olían. Víctor movió el banquillo y puso a Papu por Guti. Más madera.
El Sporting se lanzó a por el empate y quiso acorralar al Zaragoza en su campo. Sus acometidas no tenían final peligroso y los aragoneses aguantaban. Zapater salió por un cansado Eguaras y todo se apostaba a aguantar. Los asturianos pudieron marcar en un cabezazo de Pablo Pérez, pero salió el momento Cristian e hizo la parada de la tarde para evitar la igualada. Los blanquillos aguantaron como pudieron y los tres puntos viajaron para Zaragoza con un nuevo capítulo épico en la vuelta de Víctor Fernández.
