The Hundred Line: Last Defense Academy, una joya táctica y narrativa

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Usa el sistema de progresión de tiempo como la saga Persona
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Completarlo todo puede llevar cientos de horas
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Visions of Mana, un peregrinaje clásico al corazón del RPG
La nueva obra de los creadores de Danganronpa y Zero Escape es posiblemente el trabajo más ambicioso desarrollado por ambos, ahora trabajando bajo la firma Too Kyu Games. The Hundred Line: Last Defense Academy es la clara fusión de los conceptos clave que dominan, un dos en uno con más de 60 horas de vicio y muchas más pendientes.
Kotaro Uchikoshi y Kazutaka Kodaka crean juntos un juego que es en parte Danganronpa, en parte Zero Escape, y al mismo tiempo ninguno de los dos. The Hundred Line: Last Defense Academy es una novela visual con muchísimo contenido narrativo que alterna secciones argumentales con fragmentos de exploración y combates tácticos en los que debemos defender nuestra base de oleadas de enemigos.
Es difícil explicarlo en términos de sinopsis, porque a nivel de historia, Last Defense Academy es una locura de situaciones límite, giros de guion, personajes extremos y sorpresas jugables. El punto de partida nos pone en el papel de Takumi Sumino, un adolescente que vive una vida tranquila hasta que un día aparece en una academia junto a otros chicos de su misma edad. Todos están forzados a luchar en una guerra contra monstruos que parecen peluches de colores estridentes para salvar a la humanidad. Para hacerlo cuentan con unos poderes especiales que les permite crear armas a partir de su sangre, y pronto tendrán que priorizar su supervivencia por encima de todas las preguntas y dudas que entrañan la situación.
Y no serán pocas. La trama se irá revelando poco a poco durante los 100 días que tendremos que sobrevivir en la academia, conversando con nuestros compañeros y explorando las ruinas del mundo que la rodean. Así se nutre un bucle jugable que en los que turnamos momentos de historia, combates y esta exploración del mapeado para buscar materiales con los que mejorar a nuestros personajes.
Por momentos, el juego me ha recordado a muchos otros en los que posiblemente se hayan inspirado. A la saga Persona por el sistema de progresión del tiempo en días, pero también a Fire Emblem: Three Houses, o incluso a 13 Sentinels por esta mezcla entre combates tácticos y narrativa atípica.
El resultado funciona realmente bien, y si entras rápido en el misterio de entender que ocurre en este universo, pronto acabarás enganchado. Hay muchas cosas que hacer todo el tiempo. Por un lado, tendremos que subir el nivel de conocimiento de Takumi en cinco áreas, atributos que nos permitirán mejorar las habilidades de los personajes. También tendremos que conseguir materiales para poder mejorar habilidades, crear regalos con los que subir la afinidad con nuestros compañeros y mejorar objetos que utilizar en combate, como trampas o pociones.
Esto genera una satisfacción inmediata a través de la planificación del tiempo, aunque ya adelanto que a largo plazo acabarás mejorando todos los sistemas sin muchas dificultades. Aún así, será muy divertido aprender a manejarse en cada apartado, a la vez que vamos descubriendo nuevos personajes y sus diferencias a la hora de combatir.
Los 15 personajes jugables, un baúl gigantesco
Me ha sorprendido gratamente la cantidad de contenido que tiene el juego. 15 personajes jugables, cada uno con su propia estrategia de lucha, una gran cantidad de enemigos y jefes finales, numerosos combates que te plantearán desafíos cada vez más complicados, y una trama que te tendrá pegado a la pantalla durante horas y horas.
Esto último genera un problema, y es que aunque agradezco y mucho todo el esfuerzo que se ha invertido en The Hundred Line, esto a su vez puede pasarle factura. Y es que hablamos de un juego en el que completarlo todo nos puede llevar cientos de horas. Llega un momento en el que puedes llegar a sentir cierta fatiga, que ya has mejorado mucho y no te quedan incentivos para seguir planificando tus días. La trama por si sola puede mantenerte, pero creo que quizás les ha faltado afinar un poco la extensión, que puede ser excesiva sobre todo en los compases finales.
De cualquier modo, merece la pena darle una oportunidad a este Last Defense Academy. Si te gusta el estilo de Danganronpa, las historias estridentes y los combates tácticos, aquí vas a encontrar una joya. Personalmente, a veces no he conectado con algunos personajes o situaciones al abusarse de estereotipos propios del manga, clichés y un machismo clásicos de la cultura japonesa. La trama hace malabares extraños en ocasiones para encajarte en escenarios un poco excesivos, pero en términos generales se hace un buen trabajo teniendo en cuenta todo lo que propone. Se abordan temas y debates muy interesantes, y hay momentos realmente emotivos y bien construidos.
En definitiva, quizás al juego le habría venido bien recortar un poco para no abrumar al jugador, pero lo que yo veo como un problema puede que funcione para otros. Reconozco en cambio que la dedicación del equipo merece muchos aplausos y estoy seguro de que el título está destinado a convertirse en una obra de culto.
Lo mejor
- Cientos de horas de contenido.
- Combates divertidos que siempre te proponen nuevos desafíos
- Algunos personajes están muy bien construidos. La trama, aún con altibajos, te mantiene enganchado.
- Muchas sorpresas y giros inesperados.
- La banda sonora, variada y cargada de temas muy pegadizos.
Lo peor
- Con las horas el juego puede producir algo de fatiga, sobre todo con la gestión del tiempo libre.
- Algunas situaciones demasiado rocambolescas.
- Existen ciertos minijuegos que en vez de aportar, pueden hacerse pesados.
85/100