El plano que confirma lo de Matías Almeyda con el aficionado tras el Sevilla - Mallorca

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Matías Almeyda no pronunció palabra durante la charla
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La bronca de un aficionado a Matías Almeyda tras la derrota del Sevilla ante el Mallorca
Se convirtió, sin lugar a dudas, en una de las imágenes del Sevilla - Mallorca. Tras la derrota hispalense, Matías Almeyda mantuvo una breve, pero intensa, charla con un aficionado sevillista y aunque el técnico intentó restarle peso al asunto, evidente, todas las miradas se centran en la conversación. Las últimas imágenes revisadas confirman, al completo, las palabras del ex de River Plate.
Tal y como explicó el entrenador en sala de prensa, el técnico se acercó a saludar y felicitar a Jagoba Arrasate cuando, de fondo, escuchaba a un aficionado gritar. Tras el saludo protocolario, Almeyda acudió a la grada para intentar solucionar el enfado.

La retransmisión televisiva dejó ver la espalda de Almeyda, pero las imágenes captadas por este medio confirman que, durante unos minutos, el argentino guarda silencio en todo momento, mientras que el aficionado grita y señala varios aspectos.

Con total educación, y tras saludar a otro aficionado, Almeyda abandona el lugar con una leve sonrisa, la misma que dispuso cuando fue preguntado por ello en sala de prensa. "Cuando me di la vuelta, estaba expresando su malestar. Entonces fui, porque no siempre hay que arrimarse cuando uno gana. Cuando gano nunca me arrimo. Estaba bien escucharlo y que se desahogara, se desahogó con todo su alma. Está bien, me dijo verdades. Lo tuve que aguantar. Espero que esté más tranquilo", explicaba.
"Él estaba enfadado, sí, sí", decía en los medios oficiales de la entidd antes de indicar que "pero lo hizo con razón, él tenía razón". "Había que darle espacio al hombre para que descargara", decía con una pequeña sonrisa, intentando restarle importancia a la situación.

Este es el nivel del club… cualquier aficionado cree que sabe fútbol más que los profesionales.
El aficionado lo que reclamaba a voces es que le dieran las dos orejas a Mateo Josep y el rabo para Almeida