Luci y la herencia de Galván en el Sevilla Atlético: "Tenemos que ser exigentes porque se acomodan"
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"Hoy la juventud está acostumbrada a que se lo den todo mascado, pero tenemos que exigirles"
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El Sevilla Atlético ha escenificado este fin de semana el relevo en su banquillo. Se marchó Jesús Galván al CD Mirandés, de LALIGA HYPERMOTION, y tomó el relevo Luci Martín, quien ya fuera entrenador del primer filial del Sevilla FC hace unos años, que debutó en el banquillo local del estadio Jesús Navas el domingo con un empate ante el Juventud de Torremolinos, con gol de Andrés Castrín.
El lepero ha pasado del Departamento de Metodología y Tecnificación del club, al banquillo del primer filial, y cambia el rol, pero no tanto el día a día. “La responsabilidad es la misma porque estaba en los entrenamientos, en el vestuario, ayudando desde arriba en los partidos, participando en todo... Y mira dónde he acabado. Es un accidente, en este caso bueno, para la progresión de Jesús Galván en Segunda. Tengo que estar agradecido porque no hubo dudas, el club me lo puso por delante y no dudé. Ahora, paso de ser un ayudante más a ser el responsable”, explicaba en los medios de comunicación oficiales del club, a modo de presentación.
En todo caso, Luci quiere seguir la línea marcada por Galván. “Cambiaremos cosas, pero este equipo tiene una identidad que me gusta. Seguiremos siendo un martillo en cosas que ya Jesús había detectado. El equipo tiene algo que en los filiales es difícil, que es competir e ir hacia delante. Eso no lo quiero perder, pero con el equilibrio de saber jugar con más inteligencia. Hoy la juventud está acostumbrada a que se lo den todo mascado, pero tenemos que exigirles. Para dar el pasito al primer equipo tienes que interpretar bien el juego. Tenemos que ser exigentes porque se acomodan”, asegura el ya entrenador del Sevilla Atlético.
Más asuntos que analiza Luci
Voluntad de ser entrenador principal. “Yo ya sabía que tenía que buscarme las habichuelas porque siempre me he sentido entrenador. Son 17 años con Joaquín Caparrós, he aprendido mucho con él, pero tenía que cortar ese cordón. El año pasado en el primer equipo nos volvimos a unir y yo soy consciente de que soy el segundo de Joaquín para mucha gente. Me salieron ofertas en México con Guille Abascal, en Armenia o en Arabia como segundo, muy importantes a nivel económico. Pero yo no quería ser segundo entrenador y el club me ofreció la opción de estar en la Cantera. Mi vocación es la de ser entrenador y en esta vida es muy importante estar preparado. Conozco bien al equipo y la categoría, una Primera RFEF que ha dado un pasito hacia arriba este año”.
El Luci de 2018 y el de ahora. "Como persona soy el mismo. Vas siendo más maduro, el crecimiento de tus hijos te ayuda también a saber cómo tratar a gente tan joven. En la otra etapa nos costó al principio y luego despegamos, pero sí te digo que estaba más encorsetado. Ahora estoy mucho más liberado parav desarrollar todo este estudio que he hecho en estos años. El Sevilla Atlético siempre tiene un perfil de jugadores, sabemos que hay que tener paciencia en una categoría tan competitiva, pero sin olvidar la formación. Creo que soy más exigente que entonces. Un capitán de aquella época me dijo que era demasiado buena persona y ahora he cambiado. A veces tienes que cortar. En esa gestión creo que he cambiado”.
Su crecimiento en el Sevilla. “Yo llegué con 15 años y me fui con casi 23. Era un chiquillo de Lepe y el Sevilla me ayudó a ser futbolista y a terminar mi carrera, incluso económicamente. Si algo le debo al Sevilla es mi formación como persona. Me fui de aquí con mucho dolor y aterricé en el Recreativo. Te das cuenta de que fuera del Sevilla hace mucho frío. Ahí coincido con Joaquín y me ponía hasta estando cojo. Yo dejo el fútbol con 30 años porque me había destrozado la rodilla después del Mundial sub-20 en una pretemporada con el primer equipo. Cada vez que entro a la ciudad deportiva miro esa portería del campo 2. Mi vida siempre ha estado ligada al Sevilla y es mi casa, porque me lo han demostrado siempre”.