Javi Casquero, veinte años después. "Yo me siento sevillista"

Javier Casquero fue uno de esos hombres que, a las órdenes de Joaquín Caparrós, cimentaron a principios del Siglo XX un Sevilla FC que acabaría siendo campeón una y otra vez. El de Talavera de la Reina llegó en Segunda División, y cinco años después, con 139 partidos disputados, se marchó cuando el utrerano dejó también el banquillo sevillista. Es decir, justo antes de que comenzara la época gloriosa de la entidad de Nervión.

El manchego ha pasado por ‘Palabra de Capitán’, programa de esta casa que comanda Rafa Mainez, y entre otros muchos asuntos ha expresado que sigue sintiéndose sevillista, a pesar de que hace dos décadas que dejó de jugar en el Sevilla. “Es muy especial, es un estadio y una afición que juega los partidos, que está animando continuamente, que transmite y eso llega al futbolista. Son 40.000 espectadores que todos están apoyando y sienten los colores, sienten a sus jugadores y a su equipo y realmente es una sensación buenísima cuando estás dentro. Para mí es súper especial cuando llegas a un club así y lo tengo como un recuerdo que me marcó muchísimo. Al final te hace que no sea solo un equipo en tu paso, sino que sientas mucho más. Yo me siento sevillista y no es algo muy común que un jugador cuando pasa por un equipo, realmente pasen los años y siga sintiendo por ese equipo. Entonces que te llene tanto habla muy bien de un club y de una afición”.

Su salida del Sevilla

Casquero explica también por qué decidió marcharse, y es que con las llegadas de los Renato, Maresca y compañía, estimaba que iba a ir perdiendo protagonismo. “Yo realmente tenía contrato esa última temporada en la que se gana la Europa League y en la siguiente en la que gana la Copa del Rey, precisamente contra el Getafe que estaba yo. En esa temporada me voy al Racing de Santander porque creía que el ciclo de cinco temporadas en un mismo equipo se había terminado. Siempre he sido una persona y un futbolista muy ambicioso, que me gustaba ser referente en mi equipo y aunque me quedaba un año y me ofrecieron renovar, creía que necesitaba un cambio. Eran ya cinco temporadas con Caparrós y normalmente pasa que cuando un jugador lleva mucho tiempo en un club, siempre el que llega nuevo es la novedad y ya se cansa un poco de tu imagen, de ser siempre el que está en el centro del campo”.

“A ver, siempre es difícil salir de un club y de un equipo como el Sevilla. Pero bueno, yo soy una persona que siempre he mirado al frente y he tomado las decisiones muy seguro de lo que en ese momento creía. Y sobre todo, lo que más me ha gustado de mi profesión es jugar. A mí siempre me ha gustado mucho jugar y estar dentro del terreno de juego y sentirme importante. Podría haber seguido muchos años en el Sevilla, pero al final no en el mismo rol que a mí me hubiera gustado y yo no era feliz. Si yo no estaba en el once, no era feliz, y eso es lo que me llevó a salir. No tuve ningún problema con nadie, agradecidísimo a todo lo que viví en el Sevilla, pero fue una decisión propia desde mi pensamiento y desde cómo veo el fútbol en mi persona”, completaba Casquero.