Nuevo problema, y serio, para Opel, Citroën, Peugeot y DS

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Stellantis llama a revisión a miles de vehículos por un problema con sus motores diésel
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El problema afecta a modelos de todas las marcas del conglomerado
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Opel tiene un top ventas en España por menos de 15.000 euros
Hay historias que nadie quiere protagonizar. Y en el mundo del automóvil, Stellantis está viviendo una de ellas. No por ventas bajas, sino por un enemigo silencioso que se ha colado bajo el capó de miles de vehículos: el motor diésel 1.5 BlueHDi. Lo que debía ser un bloque fiable y eficiente se ha convertido en una fuente de preocupación para clientes y para la propia compañía.
La alerta no es menor. Peugeot, una de las marcas estrella del grupo, ha iniciado recientemente una llamada a revisión masiva que roza el cuarto de millón de unidades. El motivo: una cadena de distribución que, en lugar de durar toda la vida útil del motor, sufre un desgaste prematuro que puede acabar en rotura.

El motor diésel 1.5 BlueHDi se carga la cadena de distribución de forma prematura
Este propulsor, presente en Opel, Citroën, Peugeot y DS, se ha instalado en modelos tan distintos como un Peugeot 3008, un Citroën Berlingo o incluso vehículos comerciales como el Partner. La promesa era clara: motor de cuatro cilindros, bajo consumo, AdBlue para reducir emisiones y cumplimiento estricto de la norma Euro 6. La realidad es más amarga.
El talón de Aquiles está en la propia cadena. Con apenas siete milímetros de ancho, es más fina que la mayoría de las que montan otros motores similares, que suelen rondar entre ocho y diez milímetros. Esta delgadez, unida a altas presiones internas y al uso de materiales más económicos, genera un cóctel perfecto para que el desgaste llegue antes de tiempo.

La reputación de Stellantis queda muy tocada
La situación empeora con determinados hábitos de conducción. Recorridos cortos, arranques en frío o trayectos largos sin que el motor alcance la temperatura óptima provocan una dilución del aceite. El lubricante pierde viscosidad, y la cadena, ya delicada, queda más expuesta a fallos graves. En muchos casos, antes de romper, avisa con un ruido de traqueteo al arrancar.
No es un fallo aislado. Los afectados se cuentan por miles y la crisis ha obligado a Stellantis a lanzar campañas de compensación y planes preventivos para mitigar el impacto. La compañía intenta reparar no solo motores, sino también la confianza de los conductores.
El 1.5 BlueHDi sigue siendo, sobre el papel, un bloque eficiente. Pero mientras la fiabilidad esté en entredicho, el reto de Stellantis será convencer al público de que esta historia puede tener un final feliz.