El MG5 es el ejemplo de que comprar un coche chino puede no ser una buena idea

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Comprar un MG5 hoy parezca una ganga, la realidad es que puede convertirse en un dolor de cabeza en pocos años
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Es un ejemplo claro de cómo los coches chinos pueden no ser una inversión inteligente a largo plazo
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El MG5 ha llegado a Europa con una promesa clara: ser un eléctrico barato y atractivo. Su diseño moderno y su equipamiento abundante lo hacen llamativo para muchos conductores. Sin embargo, lo que brilla hoy puede perder valor muy rápido mañana.
Las marcas chinas han aprendido a competir de manera agresiva. Mientras los fabricantes europeos subían precios, ellas ofrecían coches completos y baratos. El MG5 es un ejemplo de ello: amplio, tecnológico y accesible, pero con una trampa que pocos ven al principio.

El MG5 y los coches chinos, los que más se deprecian en poco tiempo
El mayor problema es su depreciación. En apenas un año, el MG5 puede perder cerca del 20 % de su valor, es decir, alrededor de 6.000 euros. Esto significa que lo que parecía una buena inversión se convierte en una pérdida casi inmediata para el propietario.
Además, el soporte postventa sigue siendo limitado. La escasez de recambios y la falta de talleres oficiales encarecen reparaciones y seguros. Frente a un coche europeo similar, mantener un MG5 puede salir mucho más caro de lo esperado.

La fiabilidad a largo plazo también genera dudas. Todavía no hay suficientes coches chinos en el mercado de segunda mano para garantizar su resistencia con los años. Muchos compradores temen que, tras cinco o seis años, venderlo sea complicado y su valor residual sea mínimo.
El MG5 demuestra que la atracción inicial de un coche chino puede ser engañosa. Sus puntos fuertes, precio, diseño y equipamiento, no compensan los riesgos financieros y de mantenimiento que vienen después. Es un coche pensado para el corto plazo.