Con aceite de freír, pero sin patinar: Continental le da la vuelta a la tortilla con neumáticos sostenibles

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Lo hace todo sin sacrificar el rendimiento
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Continental ha decidido que no solo los coches deben tener buena tracción, sino también buena conciencia ecológica. ¿Y cómo lo están logrando? Pues transformando el aceite de freír calamares (literalmente) en caucho sintético para fabricar neumáticos. Sí, como lo lees: tus patatas fritas de ayer podrían ser parte del neumático que te lleva al trabajo mañana.
La marca de neumáticos, que ya incorporaba un 26% de materiales renovables y reciclados en sus ruedas en 2024, espera cerrar el año con un 29% y apunta al 40% para 2030. Para ello, está apostando fuerte por materiales innovadores como caucho sintético obtenido a partir de aceite de cocina usado y resinas derivadas de vegetales. Todo esto sin sacrificar el rendimiento, claro. Porque una cosa es ser verde, y otra cosa es frenar como si llevaras mantequilla.
Jorge Almeida, director de Sostenibilidad de Continental Tires, afirma que están “cerrando el círculo”, aunque lo más redondo que tienen son los neumáticos. Y no le falta razón: la empresa ha implementado un modelo de economía circular tan riguroso que hasta las resinas de los neumáticos se producen a partir de materias renovables certificadas. Vamos, que ya no solo se recicla el papel y el vidrio: también las croquetas quemadas contribuyen al futuro de la movilidad.
Y es que no es cualquier caucho el que se usa. Cada neumático puede tener hasta 100 materias primas distintas, repartidas en unos 20 compuestos de caucho personalizados, lo que suena a alquimia de taller mecánico. El caucho sintético (el más interesado en la sostenibilidad últimamente) ya se fabrica con aceite reciclado o de pirólisis (el nombre técnico del reciclaje elegante), procedente incluso de neumáticos viejos. Nada se pierde, todo se convierte en banda de rodadura.
Continental no se ha olvidado de las resinas, estos ingredientes mágicos que mejoran la elasticidad, el agarre en mojado y hasta la eficiencia energética. Sí, porque si tus neumáticos consumen menos, tu coche también. Y de paso, la Tierra respira un poco. Las resinas circulares certificadas con ISCC PLUS (que suena más a canal de televisión pero es un sistema de sostenibilidad) ya son parte de la receta.

Pero no acaba ahí: también han sustituido ciertos aditivos tradicionales por otros de origen más sostenible, como el TMQ de LANXESS, que no es una nueva criptomoneda, sino un antioxidante que ahora se elabora a partir de acetona biocircular (¡otra vez el aceite de cocina salvando al planeta!).
Finalmente, toda esta orquesta de reciclaje y certificaciones funciona gracias al "balance de masa", una especie de contabilidad verde con la que Continental puede decir con orgullo que no solo sus neumáticos giran, sino también sus procesos. Como diría el chef de la sostenibilidad: "todo se aprovecha".
Así que ya sabes, la próxima vez que tires aceite usado, recuerda que quizás tus churros están a un paso de convertirse en caucho para salvar al mundo... ¡y frenar a tiempo!
