Los tratamientos para la prevención del VIH, herramientas que la mayoría de las personas trans desconoce

-
Las que mayor conocimiento tienen son las mujeres y las no binarias
-
Su uso más frecuente es entre los mayores de 30 años
-
¿Hasta qué punto el deporte es beneficioso para las personas con SIDA?
Existen dos estrategias para prevenir el VIH, sin embargo, la mayoría de las personas trans apenas las conocen, tal y como ha revelado un estudio que el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha realizado en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber-ISCIII).
Los resultados de la investigación, publicados en la revista "International Journal for Equity in Health", evidencian que las personas trans hacen un uso anecdótico de los principales tratamiento de prevención del VIH en España, pues solo la mitad conoce la profilaxis preexposición (PrEP) y el 2,8% la ha utilizado alguna vez, porcentajes que se reducen a un 33% y 1,6% en el caso de la profilaxis postexposición (PEP).
En qué consisten los tratamientos preventivos del VIH
Las dos estrategias principales consisten en la toma de medicamentos antirretrovirales, en el caso de la PrEP en personas con alto riesgo de contraer el VIH, mientras que la PEP se utiliza después de una posible exposición al VIH para prevenir la infección.
La investigación constata que, pese a ser una población prioritaria, apenas acceden a ambas herramientas. Algo que además contrasta con el hecho de que la PrEP se financia en España desde 2019 para personas con prácticas de riesgo y la PEP está disponible desde hace más de dos décadas en servicios de urgencias y unidades de enfermedades infecciosas.
Los investigadores llegan a esta conclusión tras analizar la información de 1.468 mayores de 15 años, reclutadas entre octubre de 2023 y marzo de 2024, a través de métodos mixtos de captación online y presencial, incluyendo redes sociales, organizaciones comunitarias y unidades de identidad de género.

Mayor conocimiento en mujeres trans y no binarias
De los participantes, solo la mitad conocía la PrEP, que apenas un 15% sabía cómo acceder a ella, y que tan sólo un 2,8% la había utilizado alguna vez.
En el caso de la PEP, los niveles eran aún más bajos: apenas un tercio había oído hablar de ella, un 13% sabía cómo solicitarla y solo un 1,6% la había utilizado alguna vez, generalmente en una sola ocasión.
La investigación también demuestra que el grado de conocimiento era mayor en mujeres trans y personas no binarias, entre quienes tienen estudios universitarios y entre quienes han realizado algún proceso médico relacionado con la transición o que refirieron prácticas sexuales de riesgo. En cuanto al uso, fue más frecuente entre mayores de 30 años, residentes en grandes ciudades y con prácticas sexuales consideradas de mayor riesgo.
Necesidad de repensar las estrategias de prevención
De ahí que los científicos subrayen la necesidad de reforzar las acciones de prevención especialmente en los hombres trans, las personas más jóvenes, con menor nivel educativo, residentes en municipios más pequeños o con prácticas sexuales de más riesgo.
La investigación se ha basado en los datos obtenidos en el estudio "Transaludes" publicado el año pasado, el primero realizado a nivel nacional de la salud de una muestra amplia y diversa de personas trans y/o no binarias residentes en España.
Con todo, el equipo del ISCIII destaca que la estigmatización estructural y la discriminación que pesa aún sobre las personas trans siguen traduciéndose en desigualdades en salud.
Por ello, apela a la necesidad de repensar las estrategias de prevención desde una perspectiva más inclusiva y adecuarla a la "amplia diversidad de identidades, orientaciones y prácticas sexuales entre las personas trans y/o no binarias", así como a abordar los determinantes sociales y estructurales que generan desigualdades en salud.