Qué es un aborto diferido, el problema por el que Ana Peleteiro ha perdido a su bebé

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Se trata de una "forma de aborto espontáneo en la que el embrión no se desarrolla"
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Inicialmente puede pasar desapercibido, pero debe ser tratado
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Ana Peleteiro se ha sincerado en redes sobre los procesos que ha pasado y está pasando desde que se enteró de que había perdido a su segundo hijo. En estos momentos se encuentra en pleno duelo perinatal, tras haber sufrido un aborto diferido y enterarse en la semana 9 + 4 días.
Con el objetivo de "ayudar y acompañar a otras mujeres y familias que hayan pasado ya por este proceso", la atleta ha explicado en un post de Instagram cómo ha sido todo desde que se enteró que el corazón de su bebé había dejado de latir.
Qué es un aborto diferido
"El aborto diferido -también conocido como aborto retenido- es una forma de aborto espontáneo en la que el embrión no se desarrolla o pierde su viabilidad, permaneciendo en la cavidad uterina sin signos inmediatos de expulsión", define un artículo de la Revista Cubana de Informaciones Biomédicas. El motivo por el que esto puede producirse es multifactorial, es decir, involucra "causas genéticas, inmunológicas, endocrinas y ambientales".
El matiz es que esta condición "puede pasar desapercibida inicialmente, ya que no siempre presenta síntomas evidentes como sangrado o dolor", añade la Clínica Universidad de Navarra. Por ello, "su diagnóstico y manejo son esenciales para prevenir complicaciones físicas y emocionales en la paciente".

Formas de actuar ante un aborto retenido
Una vez que se diagnóstica el aborto diferido, dependiendo de las condiciones y de las preferencias del paciente, se puede actuar de forma expectante, médica o quirúrgica.
La primera opción, el manejo expectante, consiste en "esperar a que el cuerpo expulse naturalmente el contenido uterino, bajo supervisión médica". En cuanto al manejo médico, consiste en la "administración de medicamentos para inducir contracciones uterinas y facilitar la expulsión".
La tercera y más agresiva es el manejo quirúrgico, es decir, la realización de un legrado "para retirar los restos fetales y prevenir complicaciones". En este caso, la Organización Reproducción Asistida apunta que "aunque se trata de una intervención sencilla que no suele implicar riesgos -dura unos 15 minutos-", puede conllevar una serie de complicaciones, tales como daños en el útero, infecciones en este o en la zona pélvica, mala cicatrización de las paredes uterinas o hemorragias.
La Universidad de Navarra añade que si no se trata adecuadamente el aborto retenido, este también puede provocar complejidades de salud como infecciones uterinas, hemorragias o problemas psicológicos.