Una científica alerta de los riesgos para la salud de jugar con patos de goma en la bañera

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El material y el agujero por el que entra agua crean el ecosistema perfecto para hongos y bacterias
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El consejo de Lucía Almagro a la hora de comprar una cantimplora de plástico
Los patos de goma con los que muchos niños y niñas juegan en la bañera no son tan inocuos como parecen. El material con el que están fabricados y la humedad constante, debido al agujero que permite la entrada de agua, crean el escenario perfecto para la aparición y reproducción de patógenos en su interior.
Esta es la cuestión de la que alerta la biotecnóloga Lucía Almagro en su cuenta @diariodeunacientifica: "¡Olvídate de los juguetes con agujero para la bañera de los peques, son una fuente de hongos o bacterias importante!".
Qué dice la ciencia sobre los patos de goma
Uno de los estudios, publicado en la revista 'Nature', que ha alertado de que los patos de gomas pueden ser potencialmente patógenos observó que tras once semanas de uso, "en el 80% de los juguetes analizados había bacterias patógenas" y concretamente : Pseudomonas aureginosa, Listeria, Legionella pneumophila y Enterococos.
Asimismo, las conclusiones de dicha investigación apuntan que la presencia de patógenos depende principalmente de cuatro factores:
- El material del que está hecho el pato de goma, o el juguete similar, que favorece el crecimiento de bacterias
- "El microbioma del agua del grifo, que introduce microorganismos específicos"
- Sustancias adicionales en el agua sucia de la bañera debido a los geles y otros productos de higiene personal, junto con los fluidos corporales
- "Bacterias adicionales provenientes tanto del microbioma del usuario como de la contaminación ambiental"

Qué riesgos presentan las bacterias de los patos de goma
Algunas de las bacterias presentes en el interior de los patos de gomas de la bañera pueden provocar "otitis, infecciones de orina o incluso infecciones respiratorias", enumera Lucía Almagro.
Si bien "una solución puede ser tapar los agujeros con silicona antes de utilizarlos", la profesional considera que la alternativa más segura son los juguetes similares, pero sin agujero; porque en la primera opción puede desprenderse la silicona y "haber peligro de asfixia si el peque es muy peque".
Si estás en esta situación y quieres comprobar de primera mano lo que dice la científica, "solo hay que mirarlos a trasluz para empezar a sospechar de la okupación de posibles patógenos" o cortarlos por la mitad para descubrir lo que esconden en su interior.