Un encapuchado en el techo del estadio retrasó el inicio de la segunda parte en el Alemania - Dinamarca

El Alemania - Dinamarca de los octavos de final de la Eurocopa 2024 tuvo absolutamente de todo. Y no nos referimos a lo meramente deportivo, goles, buen juego, tantos anulados y emoción, que también. Sino a factores muy alejados de lo que es el fútbol, pero que tuvieron gran incidencia en el choque. El principal, la tormenta eléctrica que obligó a detener el partido durante más de 25 minutos. A la vuelta del descanso, el encuentro retrasó su reanudación y en la mañana del domingo se ha conocido el por qué.

Corría el minuto 34 cuando Michael Oliver paraba el encuentro y acudía a hablar con los delegados de las dos selecciones para indicarles el túnel de vestuarios: el partido se detenía por la tormenta eléctrica que se acercaba al Signal Iduna Park. 

Los jugadores se resguardaron en los pasillos del estadio, mientras que las gradas nos dejaban imágenes alucinantes. Cerca de media hora después, y tras un 'recalentamiento' de los futbolistas, el balón volvía a rodar, aunque sin mucha historia antes del descanso.

El descanso se alargó por la presencia de un encapuchado

Tras los 15 minutos de descanso reglamentarios, alemanes y daneses saltaron al terreno de juego con el pase a cuartos de final todavía por decidir. Pero, para sorpresa de todo el mundo, el encuentro tardó más de la cuenta en reanudarse.

El motivo no fue otro que la presencia de un extraño individuo encapuchado y vestido de negro en el techo del Signal Iduna Park. El colegiado hablaba con los futbolistas para explicarles el motivo y señalaba hacia el lugar donde se encontraba el hombre.

La realización recogía al trencilla y a los deportistas, pero no informó sobre el 'invitado inesperado', por lo que esa demora en que el juego se pusiese en marcha se achacó a las condiciones meteorológicas que ya habían afectado un rato antes.

Ha sido el diario 'Bild' el que ha contado esta misma mañana la noticia. Tal y como recoge el citado medio, las autoridades alemanas mantuvieron vigilado al hombre durante los segundos 45 minutos, en los que, en teoría, el encapuchado permaneció en el lugar donde se le había descubierto.

Se esperó hasta el final del partido para detener al chico, de 21 años de edad, evitando así males mayores en pleno juego. Los agentes se hicieron con él a punta de pistola y todavía se desconocen los motivos y las vías por las que accedió a su posición.