Los números del Betis-Granada
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Alegría: "Ha faltado que entrara la pelota"
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Crónica - Una 'Alegría' incompleta en un partido de manicomio (2-2)
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Poyet: "Estos partidos locos no son para mí"
Segundo empate consecutivo del Real Betis jugando como local en liga en un partido de una intensidad desmedida. El conjunto que dirige Paco Jémez asestó dos golpes en la media hora inicial. Mehdi Carcela y Bueno levantaron suspicacias en la grada. Pero los de La Palmera no se arrugaron y comenzaron a estirar líneas en busca de la reacción. Y lo consiguieron, a medias, en buena parte gracias a los goles de Álex Alegría. Tuvo más posesión, remató a puerta hasta en ocho ocasiones, sin embargo, restó consumar una remontada que hubiese hecho enloquecer a los más de 36.000 seguidores que se dieron cita en el Benito Villamarín.
Muchas ganas de ver al equipo tenían los aficionados después del triunfo en Mestalla. Poyet avisaba en la previa que quería protagonismo y control, algo que no pudo llevarlo a la práctica en los albores del encuentro. Fue el Granada el que se aprovechaba de una serie de descoordinaciones en la zaga bética. Mandi comenzó el choque muy nervioso y una fugaz transición nazarí supuso el primer gol del choque: cambio de orientación de Alberto Bueno de izquerda a derecha para que el marroquí Carcela capture con mimo una pelota que alojaría en el fondo de las mallas con un disparo ante el que nada pudo hacer Antonio Adán. No quedaría ahí arrebato granadinista, que volvería poner tierra de por medio gracias al exdelantero del FC Porto. Nueva indecisión defensiva y pelota a la cazuela.
A raíz del doble mazazo, el Betis despertó y Alegría reduciría distancias antes del descanso. La segunda mitad arrancaba alterada. Expulsión de Vezo y los locales, con más corazón que cabeza se echaron hacia delante. De manera caótica y con uno más biscó con ansia el tanto del empate. Se produjo, pero además Adán pararía una pena máxima a Ponce, con rechace incluido.
Más posesión verdiblanca, un remate al palo, presencia ofensiva en aumento conforme avanzaba el duelo y la puntería que jugó una mala pasada en los instantes finales.
Comienzan los árbitros a liarsela al Betis en su casa ... Penalti inexistente precedido de una mano clara del mismo jugador. Era un pistolero enseñando tarjetas a los jugadores del Betis.