Leña canaria
El Real Zaragoza cosechó un empate en su visita a la UD Las Palmas. Un punto que sabe a poco, sobre todo por la segunda parte del conjunto blanquillo, en la que fue superior a los isleños prácticamente durante los 45 minutos. Pese a que en el último cuarto de hora apenas se vio fútbol sobre el verde del Estadio de Gran Canaria.
Tras una primera mitad en la que se mostraron dos cartulinas amarillas, una para cada equipo, en el segundo tiempo, Javier Iglesias Villanueva amonestó hasta ocho jugadores, tres del Real Zaragoza y cinco de Las Palmas. Uno de ellos, Gabriel Peñalba, fue expulsado en cuestión de segundos.
El argentino vio una amarilla en el minuto 76 por protestar una decisión arbitral, y varios segundos después, vio la segunda por insistir en su descontento. El colegiado no se lo pensó y le mostró la cartulina roja. Con uno más, el Real Zaragoza buscó las espaldas de la zaga canaria, pero no encontró la profundidad necesaria, y cuando lo hizo, se encontró con el alto voltaje que imponía Las Palmas.
En el minuto 81, en una jugada peligrosa favorable a los aragoneses en las inmediaciones del área de Las Palmas, David Timor impactó en el rostro de Íñigo Eguaras, tal como señaló Iglesias Villanueva, "de manera temeraria, en la disputa de un balón por alto". Al Real Zaragoza parecía intimidarle la agresividad de los locales, que pese a contar con uno más, se hacían con el dominio del esférico.
Pero los de Víctor también lo intentaron. Tras una cartulina amarilla a Alberto Guitián en el 88, los blanquillos salieron a la contra en una jugada protagonizada por Diego Aguirre, pero apareció Álvaro Lemos, que al igual que el toledano llevaba pocos minutos en el campo, para abrazarle de tal forma que se lo llevó al suelo con él.
Agarrones hubo varios, y es que además de Lemos, Galarreta, Rafa Mir y Éric Curbelo fueron amonestados anteriormente por tal motivo. Paco Herrera sabía que era arriesgado mantenerlos en el terreno de juego, y por tal motivo retiró a estos tres últimos antes del minuto 90. Eso sí, el cambio de Curbelo se aceleró debido a unas molestias que impidieron completar el partido al de Santa Brígida.