Almeyda y el asado: "Quiero algo normal, que bromeen, que canten las canciones de su país"

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"No me sacan del foco las palabras lindas"
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Matías Almeyda es un entrenador peculiar. Incluso llegó a retirarse del fútbol con 30 años porque no le gustaba cómo se movía el deporte, y regresó con 35 en categorías inferiores. Ahora, como entrenador del Sevilla FC, quiere aportar normalidad y hacer un grupo con un montón de futbolistas a los que también busca tratar como personas.
Por ello, el pasado domingo organizó un asado en la Ciudad Deportiva José Ramón Cisneros Palacios, cocinando él la carne al más puro estilo argentino. Pero todo iba mucho más allá de una simple comida, y así lo ha explicado en la rueda de prensa previa al partido que mide a su equipo ante el Deportivo Alavés este sábado. “Una paella no les podía hacer, me mataban. Cocino asado, me gusta, pero tiene un significado. No es solamente el cocinar, es el haber pensado en alguien, el grupo. Los grupos tienen que vivir momentos juntos, la pretemporada la hicimos acá y eso te ayuda que estén juntos. Hay muchas nacionalidades. Me interesa que se conozcan entre ellos realmente, a ver qué familia tienen, como viven, qué se come en Nigeria, en Argentina, sabemos qué se come en España”, comentaba Almeyda.

“Es preocuparte por el otro. Vivimos en un mundo demasiado egocéntrico, y así estamos, cada vez peor. Soy de la idea de compartir, de dialogar y una línea muy delgada entre te hago un asado y te saco del equipo. Los futbolistas ya lo saben. E la exigencia a un momento de relax en grupo, que disfruten y poder sacarlos de lo que vivimos todo el tiempo. Haremos otras actividades, siempre lo he hecho. Me gusta verlos en otra parte de sus vidas, no solo en el fútbol. Las otras partes que conocemos son las redes sociales, y eso me rompe un poco. Quiero algo más normal. Que se pregunten, que bromeen, que canten las canciones de su país y disfruten de la vida. Busco eso. Me gusta”, continuaba el entrenador del Sevilla.

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Las palabras de los futbolistas. “No soy de mirar muchas redes sociales, sí han declarado, me han dicho, se lo agradezco. Siempre es importante preguntar a un futbolista a final del año qué piensa. Les agradezco sus gestos, la entrega en entrenamientos y partidos. Vivo de una sola manera, o me quieren o no. Trato de hacer lo que no me gusta que me hicieran cuando fui futbolista, y desde ese lugar dirijo. Trato de serles sincero, y el futbolista le da un valor a eso. Si han declarado lindas cosas, es mejor. Estamos en construcción, recién llevamos cuatro partidos y tenemos que ir en búsqueda de más puntos. Somos el equipo que menos invirtió, no ponemos excusas a eso, y tratamos de trabajar como grupo. Lleva un tiempo eso, creo que vamos en el buen camino, necesitado de ganar, de sumar. Es una realidad. No me sacan del foco las palabras lindas”.
Cómo se ve él en el club. “No lo creo. Creo que lo que se busca es una estabilidad, un compromiso y un respeto. Tener identidad propia de un lugar que defiendes, que es nuestro club. Pero después no consumo todo eso, no lo creo, porque ustedes mismos cuando falle dos resultados me van a encontrar debilidades. Es normal. Creo en la energía buena. En poder sacarle lo mejor a cada futbolista, poder comprenderlo, pero necesitamos triunfos y deseo que se den para que el mensaje sea cada vez más creíble, poder estar más tiempo, organizarme y estar establecido en un lugar, aunque nuestro trabajo estás o no estás. Evito el exitismo. Lo tengo incorporado. Estoy libre de pensamientos más allá que me equivoque. No consumo nada de los comentarios, ni buenos, ni las críticas que muchas veces se sacan constructivas, y tiene que haber opiniones opuestas. Si no sería fácil la vida. No creo eso. Ojalá que siga este ambiente, me conviene”.
Unión del grupo. “Para que lleguen resultados tiene que haber funcionamiento, sino es difícil que llegue. Vamos en búsqueda de ese resultado permanente que es lo más difícil en fútbol, y ser consciente del periodo que se vivió, se está viviendo y a poco se está saliendo. Si se saliera rápido sería perfecto, pero muchas veces lleva un tiempo. Vamos en esa búsqueda, dios quiera que encontremos ese momento de felicidad plena futbolística y tranquilidad”.
No siente presión. “No existe la presión para mí en fútbol. Presión debe tener un doctor que opera a un nene de meses, y tampoco la debería tener. Es una frase eterna que dijo Maradona, el padre que no le lleva un plato de comer al hijo. Esto es fútbol. Si va mal me echan y si va bien hablarán bien de mí. Amo lo que hago, pero no lo hago para el qué dirán. Me gusta que me valoren como persona, y me analizarán como entrenador. Mi trabajo es mostrar que estoy a la altura de LALIGA, que no eligieron mal. Mis amigos saben cómo soy, si un futbolista piensa que soy bueno, no tengo que andar divulgándolo. Está bueno. Si un día X jugador habla mal. No creo ni una ni la otra. Mi puerta está abierta permanentemente. Pueden venir, decir lo que sienten, donde los puedo ayudar, y respuestas que tienen si los saco o los pongo”.
Normalidad en el fútbol. “Debo tener defectos. Se infla a aquel que hizo una gran jugada, o que tuvo mejor aceptación, y yo trato a todo el mundo por igual. No hago diferencias. Viví así y no lo pienso modificar, no me gusta el exitismo. Acepto lo malo y me gusta destacar lo bueno. No hablo en función de los demás. Cuando hablo, hablo por mí. Vi gente que entraba a un vestuario cuando ganaba y cuando no, no entraba más. Vi compañeros que tenían relación con periodistas y otros que no, ese periodista hablaba bien de mi compañero que jugaba mal. Eso no me gusta. Me retiré a los 30 años porque estaba en desacuerdo con muchas cosas. Trato de llevar una idea de lo que pienso siendo entrenador”.