La droga del azúcar

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Este Sevilla del 18 de octubre de 2025 ha sido el clarísimo ejemplo de que el azúcar debilita
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Uno por uno del Sevilla ante el RCD Mallorca: indigestión de azúcar en Nervión
La derrota ante el RCD Mallorca no trastoca ni un ápice, de momento, la jerarquía de la figura de Matías Almeyda en el Sevilla FC. Es el alma de un equipo que parece otro, y tan claro está que la única forma es seguir su modelo, que cuando ha perdido el alma, ha bajado los brazos y se ha esfumado la identidad que insufla el entrenador, para el colista ha sido coser y cantar remontarle, ganarle y casi golearle.
A nivel de discurso, el de Almeyda siempre es acertado. Ha entrado con buen pie, al sevillismo le gusta escucharle, para la prensa da buenos titulares y temas bonitos y efectivos. Pero quizás este viernes, en la previa del partido, cometió uno de esos ‘errorcillos’ que no se esperan de un hombre que tanto bebe de la vida, el sentimiento, y el amor al fútbol mucho más allá del mero tecnicismo. El ‘pelado’ desdeñó un lema del club que está a punto de cumplir su primer cuarto de siglo, sin salida extraordinaria de momento. También era una lección de vida lo que decía Joaquín Caparrós sobre el azúcar, y no le pegaba a Almeyda, a este Almeyda, desdeñar públicamente el lema del utrerano que ha estado presente en el primer cuarto de este siglo. En las buenas, en las buenísimas y también en las malas.

Si hoy Caparrós es presidente de honor del Sevilla FC es porque dejó, como poco, numerosas enseñanzas en este club que comenzó a construirse con él como uno de los pilares. Ya saben, Roberto Alés, Monchi, Caparrós… y después los que vinieron para tocar la gloria y, más recientemente, rozar el infierno. Si su lema pasó al catecismo del sevillismo, fue por algo.
Si hoy Caparrós es presidente de honor del Sevilla FC es porque dejó, como poco, numerosas enseñanzas en este club. Si su lema pasó al catecismo del sevillismo, fue por algo
El ejemplo de la debilidad del elogiado
El azúcar es adictivo. A nadie le amarga un dulce. Pero también es una de las drogas contemporáneas que más estragos causan, por muy legal que sea. Eso a nivel físico. Y a nivel psicológico, también. En el caso que nos ocupa, en lo futbolístico, más. Este Sevilla del 18 de octubre de 2025 ha sido el clarísimo ejemplo de que el azúcar debilita.
Se vio ganador antes de empezar, jugó incluso con suficiencia en los muchos minutos en los que fue algo mejor que el Mallorca, perdonando ocasiones que podrían haber cambiado el signo del partido, y cuando recibió el primer mazazo, en una acción muy absurda, sintió la indigestión de dulce hasta el punto de que el colista le pasó por encima, sin atisbar siquiera capacidad de reacción cuando aún quedaban minutos. Y más aún cuando en el campo no está un líder como Azpilicueta, lesionado increíblemente a los 76 segundos -¿jugó con molestias?- y sí jugadores que, por mucho que quiera Almeyda, si han sido tantos años sospechosos por algo será.

Pues q le den sacarina, la solución es rápida cojones
Que no hombre que no es eso biriprensa, que es la loza que tenéis con el equipazo de los vecinos, que no os deja ver un poco más allá.