Sin Azpilicueta ni Alexis, los apóstoles de la filosofía de Almeyda: “Se notó”

No es ya un descubrimiento para nadie que la filosofía de Matías Almeyda en el Sevilla FC tiene dos grandes predicadores. César Azpilicueta y Alexis Sánchez, y este sábado, en la triste derrota ante un RCD Mallorca que llegaba como colista, el argentino ha visto como sus dos hombres de máxima jerarquía apenas han podido participar.

La idea de Almeyda era la de poner sobre el césped el mismo once que le ganó hace 13 días al FC Barcelona, pero no pudo ser. Alexis había tenido problemas en la víspera y entró Juanlu Sánchez en su lugar. "Hemos tenido que hacer ese cambio, por algún motivo especial, pero creemos que Juanlu está para hacerlo. Fue por necesidad, no por elección", se sinceraba antes del partido en los medios del club.

El chileno llegó a ingresar en el minuto 71, acumulando 27 minutos contando el descuento. Su participación fue, eso sí, discreta. Se le notaba que no estaba al cien por cien. Pero si lo de Alexis fue un contratiempo, lo de Azpilicueta se puede convertir en un marrón para el equipo. Solo 76 segundos duró sobre el césped, y todo apunta a una lesión muscular que le deje varias semanas en el dique seco. Con la entrada de su sustituto, Ramón Martínez, la defensa sevillista bajó sensiblemente de nivel.

Almeyda, Alexis y Azpilicueta

“Hay una realidad, jugábamos sin César y sin Alexis, y son dos muchachos que dan esa jerarquía y esa tranquilidad, ese manejo de tiempo en la cancha, y se notó. No pudimos mantener lo que iniciamos”, explicaba el entrenador en la rueda de prensa postpartido, verbalizando las sensaciones que tuvo todo el equipo.

En cuanto a la lesión de Azpilicueta, Almeyda explicó que “sufrió un dolor en el aductor”. “Veremos. Este tipo de jugadores, si salen es porque están mal”. También explicó por qué el chileno no jugo de inicio. “Alexis ayer tuvo un problemita en un nervio y estuvimos obligados a modificar ahí”, concretó. Almeyda se quedó sin sus dos apóstoles, y el equipo dio por primera vez la sensación de estar muy lejos de lo que el entrenador requiere de él.