El fantasmagórico viaje del Paiosaco
"Kuitxi, haz la maleta", me dijo vía telefónica Asís Martin. "Me destituyes", le pregunté temeroso. "Al contrario", me tranquilizó, "te ratificó en el cargo". Y como muestra de su confianza en mi figura, el mejor botón de muestra, periodismo de aventura en estado puro: "Quiero que cubras el Barco-Paiosaco, partido de la Tercera División gallega", Algún motivo en especial, "Presiento que el 'choque', aunque no sea 'de trenes', se verá condicionado por algún tipo de accidente".
El autobús del Paiosaco, equipo que disfruta de 'la Tercera' por primera vez en su historia (Since 1965) partió de la parroquia de Leston, Concello de A Laracha [A Coruña], camino de la localidad ourensana de Valdeorras, allá donde la hermosa lengua de Rosalía de Castro y Álvaro Cunqueiro les demuestra a los filólogos que el llamado 'Noroeste Galaico-Berciano' no existen fronteras. Partía desde 'la muerte' la expedición verdiblanca...ignorando que sus componentes se dirigían hacia 'la nada'.
El primer aviso se lo dio el destino a las 14:30 en la localidad lucense de As Nogais, término municipal en el que el autocar se quedó varado a consecuencia de una avería que no se pudo reparar.
"El problema fue que", como recoge el diario 'La Region', "la bodega del autocar donde llevaban el equipaje no fue posible abrirla y llegaron a Calabagueiros (estadio del equipo local, Barco) sin equipaje ni botas para jugar"
En la portada, en lo más alto, justo bajo la mancheta (espacio de privilegio cuyos extremos se los reparten las figuras de Lopetegi y la de un hombre con una precaria cesta en la mano), el rotativo ourensano, en un evidente 'barrido' para 'su region', titula: "Suspendido el partido del Barco porque el Paiosaco llegó sin equipamiento". Media verdad. Se agrava la mentira.
Porque la persona que vaya más allá de la portada podría pensar que "estos del Paiosaco o no tienen un euro para ropa o buscaban préstamo en Valdeorras o pretendían saltar al campo en pelotas", extremo, esto último de jugar a ser 'Adanes', que el Reglamento no contempla desde que desaparecieran aquellos inmensos campos de futbol ubicados en el 'Paraiso Terrenal', lugar idílico que 'La voz de Galicia' (Edicion Ourense) rescata gracias al excelente artículo de Mariluz Ferreiro, periodista que, en su rincón 'A mi bola', y bajo el título 'Lopetegi y el pecado original', nos deja destellos del pasado, recuerdos del futuro.
"El desembarco de Lopetegi en el Real Madrid arrastra su propio pecado original. La traición. Florentino Pérez tentó al entrenador con la manzana blanca, y la selección española, que entonces parecía un paraíso, se convirtió en una especie de infierno (como el averno, pero con menos espíritu y peor organización)..."
Volviendo a 'La Region', ya en su sección deportiva, el periodista desnuda su indignación con una mentira encubierta: "El Paiosaco se niega a jugar en O Barco". Como si el fútbol les hubiera dejado de gustar de repente. "El equipo coruñes decide no disputar su partido tras una avería en el autobús". Como el rechazo visceral a lo más hermoso. "El equipo barquense facilitó al Paiosaco equipaje y botas para la disputa del partido, pero los de A Laracha se negaron a jugar". Como si los de Leston se hubieran dado cuenta de que "los reyes son los padres" y les hubiera entrado un berrinche.
"Equipaje y botas para la disputa". 'Generosidad' que Juan Riveiro, técnico del Paiosaco, desgrana en lo oscuro de la noticia: ..."Nos dejaron equipajes, botas y espinilleras, pero las botas, en mal estado y de goma y solo siete pares de espinilleras, ante lo cual nos negamos a salir al campo".
Nilo Ramos, presidente del 'ex equipo del ex portero del Portu Pepelu Villar' (actual guardameta del Formentera), el Barco, justifica su enojo diciendo que "hemos suministrado al rival el material que hemos podido reunir". Faltaban diez minutos para las 20:00. "Con nuestros jugadores ya listos, el equipo visitante decidió que no jugaba y el partido fue suspendido definitivamente".
Equivocada e injusta valoración, entiende uno. Quizás porque el bueno de Nilo no haya sido futbolista antes que presidente. "Fue una pena (sin duda, mandatario; también lo fue para mí, que me quede sin fútbol en O Barco)...porque había mucha gente en el campo". 600 almas en concreto. Muchas de las cuales, presintiendo la suspensión, habían volado ya a través de un cielo que descargaba lluvia "en una tarde de perros: tuvimos que devolverles el dinero de las entradas".
Para el cronista de 'La voz de Galicia', "El partido de Calabagueiros", tal vez porque era Galiza la que estaba en juego con el concurso del equipo de una parroquia coruñesa de A Laracha, y no sólo Ourense con 'su Barco', "no se jugó por un problema en el bus del Paiosaco".
Como una asamblea para informar a los socios resultó el partido 'frustrado'. A las 18:30 en primera convocatoria. Horario forzado por el partido del Camp Nou. A las 20:00, en segunda. No hubo quórum.
Con el poso que deja el tiempo al huir, uno piensa que la avería sufrida por el autocar se debió a una 'intervención diabolica'. Cerbero, ante la puerta de la 'bodega' para que no haya Dios que la traspase en busca de la cesta del utillero. Un ser con cuernos y rabo. Un horrible perro de tres cabezas. El 'infierno de Mariluz Ferreiro' se materializó en O Barco de Valdeorras. El 'abogado del Diablo', presente. Porque no quería injusticia. Por viejo lo sabe su defendido. En el 'Diluvio Universal de Calabagueiros', O Barco, por aquello de ser 'Arca', habría de salir a flote mientras la laguna, la charca, el 'pozo seco' (palagum sicco), o sea, el Paioseco, su enemigo del 'fin del mundo', se ahogaba entre las aguas de su propio 'Valle de Lagrimas'.
Post-Scriptum:
"Pero ahí no termina la historia. De vuelta a su localidad de origen, el autobús volvió a sufrir un nuevo imprevisto por causas meteorológicas. A la altura de Vega de Valcarce (donde a la ida, por cierto, habían comido), el vehículo quedó atrapado por la nieve obligando a la expedición a hacer noche en un hotel sin poder regresar a sus casas"
[MARCA: La odisea de la U.D. Paiosaco que terminó con el partido suspendido ante el Barco]
Por Luis María Pérez, 'Kuitxi', exfutbolista y periodista