El abuelo Peter Lim y un problema llamado Valencia CF

La conclusión de la última -y poco comentada reunión del Consejo de Administración del Valencia CF en Singapur- es que Peter Lim no pone más dinero en el club y que hay que vender jugadores. Sinceramente, ni me sorprende, ni me extraña, ni esperaba una conclusión distinta. Creo que en ningún momento nadie del Valencia se ha planteado cambiar esa hoja de ruta marcada ya hace meses. Y menos ahora que Kim Lim le ha hecho abuelo al bueno del singapurés. 

El mal ya está hecho. El dinero que el Valencia CF malgastó en la primera época de Peter Lim con fichajes de jugadores normalísimos pagados a precio de oro es algo que no tiene vuelta atrás y por lo que la entidad sigue penando económica y deportivamente. El club sigue profundamente lastrado por esas operaciones -Negredo, Enzo, Abdennour, Santos- y sólo a costa de asumir más pérdidas ha empezado muy tímidamente a limpiar una lacra del pasado de Meriton Holdings que no sirve para aligerar la deuda, pero tampoco agudiza una situación económica crítica. 

La política económica de Lim en dos minutos

Llegados a este punto creo que procede hacer un resumen de lo que ha supuesto Lim y su política económica en la historia del club. Año 2010. El Valencia está en quiebra a punto de entrar en concurso de acreedores porque Bankia ya no refinancia más la deuda. El club se pone en venta y la Fundación, con más o menos ahínco por parte de Salvo y Aurelio, decide venderle las acciones a Lim convencidos de que es la mejor oferta. Este paga (o se compromete a pagar) por las acciones e invierte (mal) en fichajes. Como mete la pata, realiza una ampliación de capital para seguir pudiendo mantener una curva de inversión ascendente en fichajes (que vuelven a ser una castaña). Ahora, sin Champions dos años, pelao y con fichajes mega caros debe apretarse el cinturón. Esto es, hemos vuelto a 2009 (momento de la penúltima ampliación) pero con la mayoría accionarial en manos de Peter Lim. Es, por tanto, el mismo problema para todos los valencianistas, pero ahora además con el añadido de que también es un problemón para él. Táchenme de simplista si quieren, pero entiendo que el tipo no quiera meter más pasta en el club -aunque me moleste- y que ahora trate de emular a los gestores que le precedieron quienes, aún vendiendo jugadores buenos, mantuvieron el nivel deportivo del equipo. ¿Lo positivo? Que ahora se juega sus cacaos y no creo que nadie en su sano juicio esté por la labor de dar por perdidos 200 kilos. Confío pues en que espabile y esta vez sea la definitiva, porque le aviso ya que su amigo CR7 no va a sacar del atolladero a su Valencia.
Quizá por eso han aparecido en escena Mateo Alemany, que es quien dirige el club de facto en el día a día, y, Anil Murthy, que cumple un año en Valencia con la misión de hacernos saber qué piensa y cómo respira Lim. Ahora bien, después de lo visto ante el New York Cosmos, tienen mucha tela que cortar. Son, salvando las distancias, como los Llorente, Javier Gómez, Cortés y Ortí del pasado pero en versión Meriton. Emular aquellos años gloriosos no era fácil pero, como ha quedado demostrado, venir de Singapur y tratar de inventar la pólvora, ha sido aún muchísimo peor. Así que, suerte en la enésima intentona. A ver si esta es la buena y se hacen la cosas con normalidad. Su suerte, nunca mejor dicho, es la del Valencia, y un servidor no ha conocido todavía a nadie al que le guste perder 200 millones de euros; aunque sea sólo para malgastarlos con su nieto. Feliz semana. 
David Torres
Delegado ElDesmarque Valencia