Las 33 claves del éxito de Clair Obscur: Expedition 33

Si miramos hacia los GOTY 2025, Clair Obscur: Expedition 33 ya es para muchos uno de los claros candidatos, al menos a nominaciones. Una aventura sin paragón, que ha sorprendido a propios y a extraños. Un título pequeñito que ha salido al ring a tumbar a los titanes colosales de la industria. Y cuyo éxito se basa en el trabajo y amor profundo por el género de un grupo de locos que decidieron apostar sin saber lo que tenían delante. Pues al final, solo aquel que salte de la cabeza del león, probará su valía.

Son muchas las claves de su éxito, teniendo su punto fuerte en una apuesta firme por el combate por turnos, en una era en la que eso parece un imposible y que no gusta al público general. Pero Baldur's Gate III primero, y ahora el título de Sandfall, demuestran que lo que algunos daban por muerto es lo que muchos seguimos queriendo con ansia. Y si encima le añades unas pinceladas de puro amor por clásicos como Final Fantasy, pues no nos queda otra que tirarte la cartera a la cara y que nos pidas lo que te apetezca. Siendo un juego que encima ha salido a un precio sensacional.

Un título desarrollado por apenas 33 personas y que compite contra aquellos desarrollados por cientos o miles, sin duda es algo que siempre llama la atención. Más cuando, sin tener esta información, es algo que te hace volar la cabeza, pues ni mucho menos se nota que no sea un triple A desarrollado por un estudio gigantesco. Y todo empezó en plena pandemia.

En una reciente entrevista a la BBC, el máximo responsable de Expedition 33, Guillaume Broche, habló de cómo cambió su vida en esos meses de crisis mundial. Como a muchos les ha podido ocurrir en la vida, pasaba por una etapa en la que quería hacer algo diferente con su vida y su trabajo. Eso le llevó a dejar su trabajo en Ubisoft y fundar su propio estudio.

Desde el COVID a Final Fantasy, las claves del triunfo de Clair Obscur: Expedition 33

Siendo un apasionado de los RPG japoneses, y más concretamente de la saga Final Fantasy, tenía claro cuál era la idea principal. Y una vez le dio forma a a esa idea, comenzó a reclutar a su equipo. ¿Contrató gente experta que conocía de otras desarrolladoras? No. El éxito estaba en Reddit. En el foro fue donde Broche publicó un post buscando actrices de doblaje para un nuevo proyecto del que nada se sabía, y Jennifer Svedberg-Yen se tiró a la piscina mandando una prueba que a la postre le serviría para convertirse en la guionista principal del juego: "Cuando hablamos del juego por primera vez, teníamos exactamente las mismas referencias, Nos gustaba lo mismo. Veíamos las mismas cosas. La discusión fue muy fluida".

Poco a poco, el proyecto iba creciendo, y la mayoría de contrataciones se realizaron de manera similar. De hecho, el compositor Lorien Testard tenía un perfil en Soundcloud, y a través de él fue contratado, sin tener experiencia previa en videojuegos. Todos ellos estaban encerrados en casa, y empezaron a trabajar juntos. Ahí sí fue cuando Guillaume empezó a tirar de contactos, y sorprendentemente todo el mundo le fue diciendo que sí, sumándose a esta pequeña familia: "Creo que tenemos un equipo increíble. Formado en su mayoría por gente joven, pero increíblemente implicada en el proyecto y con mucho talento. Y de alguna manera funcionó. Lo que sigue sin tener sentido para mí después de todos estos años".

Ya con el respaldo económico de Kepler Interactive, el estudio pudo conseguir a un sensacional reparto formado por Ben Starr, Jennifer English, Charlie Cox o Andy Serkis. Lo que le daban una tremenda fuerza adicional a lo que ya de por sí transmitía el juego. El resultado fue vender más de un millón de copias en sus primeros tres días. Y su banda sonora encabeza varias listas virales en Spotify. Además de sembrar una histeria colectiva. Un juego que está llamado a trascender en el tiempo.