Los resultados de Mercedes empiezan a preocupar a sus accionistas

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La marca alemana ha perdido cuota de mercado
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La estrategia de Mercedes no acaba de convencer a muchos
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Mercedes acaba con uno de los problemas de los eléctricos con su nuevo CLA
Mercedes no atraviesa su mejor momento en lo financiero, y eso empieza a notarse en el ambiente entre sus accionistas. Los últimos resultados publicados, correspondientes al primer trimestre de 2025, han encendido ciertas alertas. El beneficio neto cayó un 43% respecto al mismo periodo del año anterior, hasta los 1.731 millones de euros, en una dinámica que refuerza las dudas sobre la dirección que está tomando la marca.
El ejercicio anterior ya había sido complicado, con una caída del 30% en el beneficio operativo y un descenso del 4,5% en los ingresos totales. El inicio de 2025 no ha sido mejor, y las ventas globales también han bajado: un 4 % menos de vehículos entregados en comparación con el primer trimestre de 2024. El retroceso ha sido especialmente notable en mercados clave como Alemania y China, lo que añade presión a una situación que ya venía cargada de tensiones internas.

Lo que más inquieta a los inversores no es solo la caída de resultados, sino la sensación de que las decisiones estratégicas no están funcionando como se esperaba. El giro hacia modelos más lujosos y la gama eléctrica, junto con la retirada de versiones más accesibles como el Mercedes Clase A, no ha logrado impulsar ni los márgenes ni las cifras de ventas. A esto se suma una pérdida progresiva de cuota de mercado en los últimos años, lo que alimenta aún más el malestar.
Preocupaciones estratégicas y presión sobre la dirección en Mercedes
La reacción de los accionistas ha sido clara: cada vez hay más voces que cuestionan el rumbo que está tomando el grupo. La estrategia basada en el lujo y la electrificación no está generando el impacto deseado, mientras que la competencia crece y el contexto internacional complica aún más el panorama. Las tensiones comerciales y la posibilidad de nuevos aranceles en Estados Unidos son solo un ejemplo de los retos que enfrenta la marca en su proyección global.
En respuesta, Mercedes ha anunciado un plan para reducir costes de producción en un 10 % hasta 2027 y lanzar una nueva generación de modelos, entre ellos el Mercedes CLA eléctrico. Pero lo cierto es que las expectativas son cautelosas. Muchos inversores no terminan de ver claro cómo estas medidas ayudarán a revertir la situación en el corto plazo.
Lo destacable en este caso es que la preocupación no gira solo en torno a las cifras. Hay una creciente sensación de desconexión entre los planes de la dirección y las exigencias del mercado. Recuperar la confianza de los accionistas se ha convertido en una prioridad urgente para Mercedes, en un momento en el que el margen de error se ha reducido al mínimo.