Domingo de luces, sombras y nubarrones en Bizkaia

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Gran victoria del Athletic en Valencia para el cuarto puesto
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El resto de mis sentidos los puse para Jon Rahm
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El golazo de Alex Berenguer levanta pasiones en el vestuario del Athletic e incluso en Grecia
Este domingo, muy vizcaíno en lo que a deporte se refiere, empezábamos con un ojo en la derrota del SURNE Bilbao Basket tras dos prórrogas por (104-111) contra un Casademont Zaragoza más ambicioso o necesitado de victorias para conseguir otra vuelta a la FIBA Europe Cup.
Y el otro en la enorme victoria del Athletic Club (0-1) en Mestalla para asegurarse la cuarta plaza y esa Supercopa que nadie quiere jugar, pero a la que todos desean ir, por dinero y por entrar más tarde en la Copa del Rey... Y de paso quitarse esos rivales incómodos que pueden traer sorpresas, sobre todo para el Athletic.

El resto de mis sentidos los poníamos para un Jon Rahm que se ha quedado con la miel en los labios, después de una 3ª Jornada de vértigo, escalando posiciones con un brillante -4, saliendo el último día con posibilidades reales de poder disputar la PGA a pesar de los 5 golpes de desventaja y convertirse en el primer español en inscribir su nombre en el trofeo Wanamaker.
Entre los diez primeros clasificados que disputaban los últimos cinco partidos con opciones de triunfo, cinco jugadores atesoraban Majors, el único que podía presumir de poseer una PGA era Bradley aunque lejana en 2011, los demás como DeChambeau, Fitzpatrick, Rahm o Scheffler no gozaban de dicho privilegio.

Y todo comenzaba a pedir de boca. Jon Rahm controlaba muy sereno las distancias largas y putteaba con acierto y serenidad en los primeros nueve hoyos, aunque solo sacara un claro birdie, para Scheffler que venía de terminar el día anterior con un eagle y tres birdies dejando a las claras que este era su año y no afectaba el fatídico 2º puesto del 2023, los nervios asomaron pronto.
Algo poco habitual en él, dejando 3 bogeys en su tarjeta y sintiendo el aliento del León de Barrika pletórico en los hoyos 9, 10 y 11 con birdies consecutivos, desapareciendo las diferencias iniciales e incluso llegando a liderar.
Pero si hay un deporte que puede tirar por tierra todo el buen trabajo del día, ese el golf, dos imprecisiones con el putt en los hoyos 14 y 15, que aún así terminaron en Par, cambiaron la ruta de un camino bien trazado hacia un pasillo inmenso y oscuro.

La salida en el hoyo 16 con la bola yendo del “rough” al “bunker” nadie podía imaginarse la ira que iba a desatar entre un hombre y su deporte favorito, con el primer bogey se esfumaban las opciones de victoria, además Scheffler corregía errores pasados y su segunda vuelta con birdies perfectos, devolvían su imagen siempre tranquila.
Pero el calvario para el vasco no hacía más que comenzar, los dos últimos hoyos se iban a convertir en su peor tarjeta de visita para concluir un “GRANDE”. En el hoyo 17 y forzando, muy de su estilo agresivo, llevaba la bola al agua, era el comienzo de como todo se puede ensombrecer, aunque siga luciendo un sol radiante.

El doble bogey hacía aparición por primera vez en la tarjeta de su torneo, con la certeza de que ya esa mítica remontada, se ha producido en contadas ocasiones (7), pasaba a mejor vida, el destino iba a ser aún más cruel en el último hoyo que de salida, la bola quiso coger el caprichoso camino del riachuelo, lugar donde si te lo propones, es más difícil embocar que evitarlo y otro doble bogey desesperaba a un Rahm más pausado que en otras ocasiones con sus fallos.
Terminaría 8º con 280 golpes (-4) pero +2 en el día, el Scheffler campeón con 273 golpes (-11) y al Par del campo en esta última Jornada, desde atrás continuaba a lo suyo sabedor que el trofeo “Wanamaker” iba a encontrar buen abrigo en su armario junto a las chaquetas verdes de Augusta en 2022 y 2024.
.- Por maga