Los juegos de mesa, más allá de entretener, mejoran los procesos cognitivos en niños y protegen del deterioro en mayores
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Las ventas de juegos de mesa han aumentado en los últimos 20 años
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Todo el mundo hemos jugado alguna vez a un juego de mesa con el objetivo de pasar un buen rato con la familia o amigos. Sin embargo, más allá del entretenimiento, la evidencia científica ha constatado que estos impactan positivamente en los procesos cognitivos de los más pequeños y preservan los mismos en la población mayor.
Aunque puede parecer que los juegos de mesa no atraviesan su mejor momento por el auge de los videojuegos, la realidad es que en los últimos 20 años y más recientemente con la pandemia, las ventas de juegos de mesa han aumentado tanto como alternativa a las pantallas, como una experiencia lúdica compatible con las mismas.
El impacto de los juegos de mesa, según la edad
Los juegos de mesa no son solo cosa de niños o de mayores, pues estos, en cada etapa de la vida presentan una serie de beneficios, asegura Jorge Moya-Higueras, uno de los autores de los estudios que demuestran los beneficios de los juegos de mesa, junto con la colaboración de asmodee. Hay que "jugar a juegos de mesa como un estilo de vida", apunta a ElDesmarque.
En las primera etapas de la vida, "los juegos de mesa ayudan a mejorar procesos cognitivos clave, como las funciones ejecutivas y la atención sostenida. También existe cierta evidencia sobre los efectos positivos a nivel emocional y conductual".
Entre los 30 y los 65 años, estos "ayudan a desarrollar la reserva cognitiva, que a partir de los 65 años es un factor que previene las enfermedades neurodegenerativas". Además, "puede ser considerada una actividad desestresante".
En la última etapa, a partir de los 66 años, los juegos de mesas protegen los procesos cognitivos que se mejoraron durante la infancia y se asocian a "menos síntomas depresivos, menor soledad y menor riesgo de enfermedades neurodegenerativas y si aparecen, lo hacen con menos virulencia"; incluso, se vincula con una mayor longevidad.
Una ayuda complementaria al tratamiento del TDAH
La mayor parte de las investigaciones que ha realizado el neuropsicólogo se han centrado en niños y niñas de entre 6 y 12 años, "tanto de la población general, como con problemas de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), así como infantes en riesgo de exclusión social". Asimismo, otras estudios se han centrado en "personas adultas con trastornos mental severo y jóvenes con autismo".
En cuanto al impacto de los juegos de mesa en niños y niñas con TDAH -con medicación habitual-, Jorge asegura que las mejoras en la capacidad de memoria a corto plazo y en la regulación conductual comienzan a evidenciarse después de 8-12 sesiones, una a la semana.
No obstante, "para mantenerlas es necesario continuar ejercitando el cerebro", aunque si se lo pasan bien, querrán repetir la actividad más veces, incluso aprender nuevos juegos.
Si bien es cierto que faltan más estudios, estos hallazgos apuntan a que los juegos de mesa "podrían ser una buena ayuda complementaria a la medicación que reciben los niños y las niñas con TDAH", propone el profesional.
En esta misma línea, incorporar los juegos de mesa como una propuesta didáctica más, ya es algo que algunos colegios ofertan, porque "utilizada adecuadamente, en el momento preciso y con el alumnado concreto, puede ayudar al aprendizaje", concluye el neuropsicólogo.