Athletic-Manchester United: aquel partido de la nieve del 57 en San Mamés

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Mi padre falleció hace muchos años, cuando yo aún estaba despidiéndome de la adolescencia. Amante del boxeo, pero sobre todo del ciclismo y el fútbol, me inculcó desde la cuna el amor por nuestro Athletic Club (“Atlético de Bilbao”, como figuraba en la solapa de su carnet de socio), lo que era y sigue siendo, significa y representa. Pese a su marcha prematura, tuvimos tiempo de compartir en vivo y en directo noches inolvidables como las madrileñas Finales de Copa del Generalísimo y del Rey frente a Elche, Castellón y Betis, o la excelente Copa de la UEFA que completó nuestro equipo en la temporada 1976-77.
Final a doble partido incluida, e incluso aquellos memorables enfrentamientos frente al Barça de Cruyff, Neeskens, Rexach, Asensi, Sotil; el Madrid de Amancio, Pirri, Zoco, Velázquez, Breitner, Netzer, Benito...; y aquel Atlético de los oriundos Panadero Díaz, Ovejero, Benegas, Ratón Ayala, Rubén Cano, y finos estilistas como Eulogio Gárate.

Encuentros que a mi me llenaban de nervios antes y después, que me impedían conciliar el sueño si habíamos perdido, y rebosar de alegría durante semanas por la victoria.
En este último caso, pasaba horas dándole la tabarra con las excelencias de nuestro equipo y la épica de la que habíamos sido testigos. Y él siempre, siempre, me sonreía con condescendencia antes de soltar su frase preferida: “Sí, hijo, sí, pero como aquel partido del 57 contra el Manchester...”.
Tuvieron que pasar años para decidirme a buscar en la hemeroteca acerca de “aquel partido” al que siempre se refería, y comprobar que, en efecto, fue una eliminatoria de cuartos de final de Copa de Europa a la que habíamos accedido gracias al doblete conseguido el año anterior por los Once Aldeanos, que se jugó a las 15.30h en San Mamés por cuestión de luz y bajo una nevada impensable en Bilbao.
Y que habíamos llegado hasta allí tras eliminar al Oporto y posteriormente al mejor Honved de Budapest de la historia (el de Puskas, Kocsis, Czibor...) y que, tras imponernos por un memorable 5-3, caímos por 3-0 en la vuelta.

Es verdad que las personas tendemos a idealizar hechos ya pasados, y probablemente a mi padre le sucedió con este gran partido, pero el caso es que su insistencia consiguió que, sin “ser del Manchester” -en aquellos años el United era el Manchester a secas, ya que el City estaba a años luz en calidad y prestigio- porque siempre he sido solamente del Athletic, sí que tuviera una gran simpatía por este histórico equipo inglés.
Y aún con los medios precarios de la época siguiese con interés las andanzas de los Stepney, Sartori, Dennis Law, Bobby Charlton o el irrepetible George Best; e incluso que, pese a haber disfrutado ya de adulto con la histórica victoria en Old Trafford de 2012, aún me venga al recuerdo el Manchester de “aquel partido del 57”.

Por todo esto, la semifinal que se nos viene encima es para mi especialmente ilusionante. Por un lado estaré con mi bufanda rojiblanca, la que me tejió mi madre para la gabarra de 1983, empujando al equipo de mi vida; y por otro, confío en que tras este lance previo a la deseada Final, pueda levantar la vista al Cielo y contestar a mi padre: “Sí, pero como aquel partido de 2025...”
.- Por Carmelo Rodrigo, Socio del Athletic Club y Desmarcado