Larga vida a Koke
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“Mi vida es el Atleti”. Nunca cinco palabras fueron tan ciertas. Jorge Resurrección ‘Koke’ entró en el club colchonero con seis años, se hizo hombre en el Atleti y viste la camiseta del club del que siempre estuvo enamorado. ‘One Club Man’. El sueño de los atléticos hecho carne. Koke está donde quiere estar, donde siempre quiso estar, en el lugar al que siempre quiso pertenecer. Al igual que Gabi, juró amor eterno al Atleti, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte les separe. Su fuerza, sus padres. Su ídolo, su hermano. Su escuela, el fútbol de barrio. Su universidad, el Atleti.
Koke ha pasado por todas y cada una de las etapas vitales y estatus de un jugador de época: alevín, infantil, cadete, juvenil prometedor, jugador del primer equipo, referencia, capitán y ahora, leyenda viva. De Koke sólo se puede hablar desde un respeto reverencial. Pudo haberse ido del Atleti para ganar mucho más dinero. Nunca quiso irse. Ni siquiera cuando el Barcelona le quiso hacer millonario para jugar con Xavi y Andrés Iniesta. Todo aquel que intentó llevarse a Koke se llevó la misma respuesta: “Mi vida es el Atleti”.
Guardia pretoriana del Cholo y extensión de la figura del entrenador en el campo, Koke es un Fórmula Uno que está batiendo todos los récords del club. Si el Atleti de Simeone ha crecido partido a partido, Koke lo ha hecho pase a pase. En el único deporte que presume de no tener memoria, el fútbol, Koke ha destacado como un tipo infravalorado, pero imprescindible. Como todo futbolista profesional, ha tenido momentos bajos, baches de juego y crisis pasajeras, claro que sí, porque no es un robot, pero ha solventado esas turbulencias a base de criterio con la pelota, personalidad e insistencia.
Kubala decía que el fútbol es una mezcla de tres verbos: Querer, saber y poder. Koke conjuga los tres. Quiere, sabe y puede. Hace unas horas Mario Suárez se preguntaba si Koke es el jugador más infravalorado de la historia. Lo es. Nunca ha tenido demasiada prensa, se le ha tratado con displicencia y pocas veces se le ha concedido el crédito que su fútbol merece. En un fútbol cada día más artificial, donde los elogios valen más que los hechos, Koke desnuda cualquier prejuicio.
Quien esto escribe pensó que Koke no estaría para ser titular, ni para sostener su gran nivel actual. Koke se ha encargado de dejarme bien claro que una cosa es opinar y otra, saber. Hay más. De Koke también se han dicho cosas feas. Que estaba acabado, que estaba viejo, que era un tractor, que solo sabía dar pases de seguridad y que era mal capitán. La realidad es que a Koke no le ha hecho falta abrir la boca para opinar. Ha contestado con hechos. Y a lo largo de toda su carrera, con su fútbol. Con mucho fútbol.
Koke, el 'One Club Man' del Atleti
Koke es uno de los mejores jugadores del Atleti en lo que va de curso. Es la referencia del vestuario. Para los viejos y para los nuevos. Es el criterio del Atleti con la pelota desde hace tres largos lustros. Es el primer jugador en la historia del club que llega a los 700 partidos oficiales, por delante de un mito como Adelardo. Es el tercer jugador que más asistencias ha dado en toda la historia de la Liga, sólo por detrás de Messi y Benzema. Es el jugador que más veces ha vestido la camiseta de la selección española jugando en el Atleti. Y, además, está en disposición de intentar un objetivo mayúsculo. Ser el jugador con más partidos en la historia de un club en España. Por delante tiene a Messi (778 partidos con el Barcelona), Xavi (767) o Raúl (741) y da la sensación de que, si Koke sigue así, puede hacer fosfatina esos registros.
Hablar de Koke es hacerlo de una leyenda. Si Adelardo siempre fue la ‘A’ del Atleti, Koke siempre será una de las estrellas que iluminan el oso y el madroño. “Mi vida es el Atleti”. Nunca cinco palabras fueron tan ciertas. Larga vida a Koke. Como diría la mítica Aretha Franklin: R-E-S-P-E-C-T.