Pau, la pequeña gran sombra
Pau Fernández posiblemente haya sido uno de los jugadores más bajitos de todo el torneo LaLiga Promises Internacional de New Jersey. Tiene poca presencia física por el momento, pero sin embargo pasa de todo menos desapercibido. De hecho, ha dejado huella en New Jersey, como ya lo hizo en Villarreal.
En el campo se mueve de forma incansable de un lado para otro,, ocupa entero, tanto con balón como sin balón, es un futbolista sacrificado sin la pelota, que no ceja en su empeño en la presión, que sigue las directrices del entrenador y que atosiga a los centrales en la salida de la pelota. Eso sí, cuando le llega la pelota entonces cambia. Sigue siendo dinámico, faltaría más, pero con otro poso, con otro talante, ya no corre detrás de nada, ya corren detrás de él.
En la final que el Barcelona ganó al Real Madrid, fue decisivo, pues puso un saque de esquina perfecto a la cabeza de Íker Bravo, el bigoleador del partido. Pero lo fue también antes en el desarrollo del juego, pues cuando el Madrid se defendía bien con ventaja en el marcador, el pequeño Pau empezó a crecer y crecer hasta hacerse inmenso. Hasta bajar a su propio campo a coger la pelota, progresar y combinar. El '10' de su espalda no le pesa, le da alas, y eso es un buen síntoma para un jugador, la capacidad para asumir la responsabilidad en momentos malo.
Pero es que además de capacidad, sacrificio, responsabilidad y calidad, a Pau se le detectan ya más cualidades, como el golpeo. Parece difícil imaginar hasta que saca su látigo cuánta potencia guarda en su pequeña pierna derecha.
El camino es largo, pero Pau tiene todo para recorrerlo.