Mal inicio de los equipos árabes, que afrontan una segunda jornada vital
Moscú, 19 jun .- Los equipos árabes comenzaron con mal pie esta Copa del Mundo, con cuatro derrotas que les alejan del sueño de la clasificación y convierte en vital la segunda ronda del mundial que más países de esta cultura concentra.
La peor parte se la llevó Arabia Saudí, vapuleada en el partido inaugural por una Rusia que, casi a medio gas, se dio un festín de goles (5-0).
La paliza ha dejado tocado al entrenador, José Antonio Pizzi, al que los directivos saudíes han culpado sin ambages de una derrota que consideran humillante.
Aún así, el hispano-argentino se sentará en el banquillo en el encuentro de mañana frente a Uruguay en Rostov, en el que no solo necesita un buen resultado, si no un estilo de juego que contribuya a reparar la mala imagen de un equipo sacudido por las injerencias políticas.
Los "halcones verdes" del desierto mantuvieron el tipo mientras las fuerzas le acompañaron pero se hundieron en los últimos veinte minutos, en los que recibieron tres goles. Dos de ellos con el tiempo reglamentario ya cumplido.
Similar le ocurrió a los egipcios, que se resistieron el asedio de los de Óscar Washington Tabárez hasta el minuto 90, en el que un cabezazo providencial del central del Atlético Madrid José María Giménez, los envió a la lona.
En el último minuto también perdieron Marruecos, víctima de un cabezazo en propia puerta de Aziz Bouhaddouz, que había entrado minutos antes en el campo, y Túnez, derrotada en el noventa gracias al oportunismo de Harry Kane.
Medios y expertos árabes especulan con a posibilidad de que la explicación a tanto infortunio en los minutos finales de los cuatro partidos se deba a la influencia del mes del ayuno o Ramadán, que ocupó el mes de preparación y modificó los hábitos de entrenamiento, hidratación, alimentación y sueño de los jugadores.
Una tradición que explicaría la falta de gasolina de los cuatro equipos árabes, e incluso de la selección iraní, que se anotó la única victoria de los equipos árabes, pero con fortuna y de manera inesperada frente a Marruecos.
Las derrotas dejan a los cuatro equipos árabes últimos de sus respectivos grupos y con escasas opciones de cara a la segunda jornada, que comienza esta noche con el enfrentamiento entre Rusia y Egipto, decisivo para "los faraones".
Un nuevo tropiezo hoy, unido a una eventual victoria de Uruguay sobre los pupilos de Pizzi dejaría a ambas selecciones fuera de la competición a falta de la jornada final, en la que ambas deberían enfrentarse solo por el honor.
Marruecos, por su parte, se enfrentará a Portugal el miércoles en Moscú en un partido en el que también se decidirá su futuro en esta fase final de la Copa del Mundo, a la que regresaban plenos de ilusión tras 28 años de ausencia.
Los magrebíes jugaron mejor que sus colegas iraníes, fluidos en ataque y firmes en defensa, en particular durante la primer mitad, en la que les acompañaron las fuerzas.
Sin embargo, no supieron rentalibilizar la media decena de buenas oportunidades que generaron frente a Ali Berianvard, convertido en el héroe bajo palos de los de Carlos Queiroz, sorprendentes líderes del grupo.
Todo lo que sea no sumar para los magrebíes significará su eliminación, incluso si España gana o ambos, persas y españoles, firman tablas.
Túnez, por su parte, tuvo más días para recuperarse del efecto del Ramadán, pero su suerte no varió.
Las "águilas de Cartago" recibieron un gol muy pronto, pero se recuperaron y pudieron empatar de penalti en el minuto 35 gracias a Sassi, autor del primer tanto africano y el único árabe de este mundial.
Firmes en defensa, sólidos en el centro del campo, los tunecinos lograron desactivar el juego inglés en la segunda parte, pero un cabezazo al filo del minuto 91 de Harry Kane tras un centro al área que primero peinó un compañero acabó con las ilusiones y el trabajo de los norteafricanos.
A ello se unió la contundente victoria de Bélgica frente a Panamá (3-0), que obliga a los tunecinos a puntuar frente a los de Roberto Martínez si no quieren garantizarse una salida rápida del Mundial, al que han tardado doce años en regresar.