De Fuenlabrada a Heliópolis, 1.000 kilómetros para ver el derbi: "Ser del Madrid o del Atlético es fácil"
-
"Piel de gallina, esto es una pasión, es que es un sentimiento. Es una locura, la verdad"
-
La celebración de la directiva de los goles del Betis en el palco
-
La intrahistoria del tifo cofrade de los ultras del Betis en el derbi
No es novedad que el derbi sevillano traspasa fronteras, y cuando se juega en el Benito Villamarín da lugar a historias de beticismo de esas que llaman la atención. La fidelidad al Real Betis Balompié no entiende de coordenadas geográficas, por lo que este domingo en el coliseo heliopolitano se dieron cita aficionados verdiblancos de Sevilla, de la provincia y de mucho más allá.
Las cámaras de ElDesmarque se toparon con una de esas historias en la previa, en la espera de la afición bética a la salida del autobús desde el Hotel Silken Al-Andalus, a apenas unos metros del escenario del encuentro. Un madrileño de Fuenlabrada que es del Betis desde pequeño, y que estaba viviendo su primer derbi in situ tras muchas visitas al Benito Villamarín.
El viaje, de 530 kilómetros, con la ida en la mañana del domingo y la vuelta en la mañana del lunes. “He venido muchas veces, pero al derbi es la primera vez. Piel de gallina, esto es una pasión, es que es un sentimiento. Es una locura, la verdad. No me lo esperaba así, de esta manera. Un dinero bien invertido, porque somos curritos”, expresa este aficionado que afirma que el gasto es de aproximadamente 400 euros. “Es un sentimiento, es inexplicable”
Madrileño y del Betis
No es algo normal ser madrileño y no sentir los colores blanco o rojiblanco, inclinándose hacia el verdiblanco. “Desde toda la vida, desde chiquitito, el Betis, el Betis. Mi abuelo era del Betis y siempre me inculcó el Betis. Y como dicen, de abuelos a nietos. Ahora mis hijas son del Betis, cantan el himno. Es una pena que no estén aquí, porque es un partido para que no vengan, con una rivalidad muy grande y un gran despliegue policial”.
“Del Madrid o del Atlético es fácil de ser. Del Betis no es tan fácil. Yo sufro mucho en casa, mi mujer lo sufre. Tengo tatuajes por la piel del Betis”, recuerda ensñándonos un escudo del club que tiene en el gemelo. “Este me lo hizo un compañero del trabajo en una hora del bocadillo, con tinta china”.

Viaja con un amigo madridista que, por un día, se confiesa bético y que ha presenciado muchos partidos importantes. “Por suerte he visto el Madrid-Bayern, el City, un Boca-River, la final de la Copa Libertadores en Madrid. Y solo me quedaba Betis-Sevilla, para mí, de los top. Me falta un River-Boca en Argentina. Ya una vez visto eso, pues estoy tranquilo”.
“Estas cosas se viven partido a partido. Esta gente tiene otro ADN particular, ¿no? Sí, sí, sí. Da igual el resultado, da igual los títulos que consigan, que ellos siempre van a estar ahí”, concluye el segundo de estos dos madrileños enamorados del Betis que tuvieron la suerte de verle ganar el derbi sevillano en el Benito Villamarín.