Mundos paralelos

Son días raros para el fútbol por mucho que lo intentemos normalizar. Se está celebrando un Mundial mientras turrones y mantecados abarrotan las estanterías de los supermercados, las gradas en Qatar se ven medio vacías y, por si todas estas rarezas fueran pocas, hay equipos profesionales que no pueden cesar su actividad. Es el caso del Málaga CF y de todos los equipos de LaLiga SmartBank que este fin de semana encaran una nueva jornada liguera a la vez que se disputan las fases de grupo en Doha y alrededores.

Estos son mínimos detalles de cómo los aficionados al balompié viven estos días de Mundial, porque si entramos en detalle de cómo y por qué Qatar se ha convertido en el epicentro del fútbol… La verdad es que se podría resumir diciendo que este Mundial está sacando a la superficie todo lo que está mal en el deporte.

Por eso, en estos días Martiricos vive en un mundo paralelo. Todo el mundo está pendiente de los streamings de Luis Enrique, de cómo llega La Roja al partido ante Costa Rica, del tropezón de Argentina, del arranque de Francia o el de Brasil. En cambio, en el Málaga CF sopesan las posibles entradas y salidas para el próximo mercado de invierno, Pepe Mel trabaja con sus jugadores y perfila la táctica con la que recibir el sábado a la Ponferradina en La Rosaleda.

Lo único que se mantiene y que parece estar convirtiéndose en tradición en el Málaga CF es el baile en la portería. ¿Reina o Yáñez? La decisión compete solo a Mel, pero con las estadísticas en la mano, parece que el guardameta que empezó la temporada como titular no se mantendrá, al menos en el futuro inmediato. Esto es síntoma de que las planificaciones anuales que se diseñan en La Cueva no tienen la vigencia que deberían. Cambio de portero, cambio de entrenador, hay posiciones con overbooking y otras que necesitan refuerzos con extremada urgencia.

Enero puede traer recambios y esperanza, pero el equipo no se puede permitir llegar a 2023 con la inestabilidad y los malos números que lleva cosechando. Y sí, es muy fácil hablar desde el sofá, pero es el único sitio en el que estamos los comunicadores y seguidores malaguistas. El balón sigue estando en el tejado de Manolo Gaspar, y después en el de los jugadores y el cuerpo técnico.