Un médico desmiente tres creencias sobre el uso de fármacos para perder de peso
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Los medicamentos para adelgazar han ganado popularidad, pero también están rodeados de mitos
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Los fármacos para perder peso están en el foco mediático. Aparecieron en el mercado para tratar la diabetes tipo 2, pero han ganado popularidad por sus efectos en el abordaje de la obesidad. De hecho, tanto ha aumentado su venta que la AEMPS ha detallado cómo detectar si se trata de un fármaco ilegal.
Al igual que ocurre con otras terapias, sobre todo cuando son novedosas, los fármacos para adelgazar cuentan con muchos opositores y mitos que demonizan su uso. Una realidad que el Dr. Antelm Pujol Calafat, especializado en Endocrinología y Nutrición, se ha encargado de desmentir en sus redes sociales.
Los medicamentos para adelgazar reducen el músculo
El primer pensamiento que desmiente el facultativo es que "vas a perder masa muscular cuando los usas". Se trata de una realidad a medias, pues el músculo puede verse reducido usando, o no, dichos fármacos.
"Si perdemos peso mediante alimentación y ejercicio, como si usamos una estrategia farmacológica, vamos a perder masa muscular si no hacemos un entrenamiento de fuerza y una nutrición adecuada, independientemente del uso o no uso del fármaco", corrige el profesional.
No son seguros por su cantidad de efectos adversos
Es cierto que, "como cualquier fármaco, puede tener efectos adversos si no se utilizan de forma correcta y no están prescritos y seguidos por un profesional", comienza diciendo el Dr. Pujol Calafat.
En el caso del Ozempic, los más comunes son náuseas, vómitos, diarrea, dolor de estómago -abdominal- y estreñimiento. No obstante, "son fármacos con un perfil de seguridad bueno", añade.
Con hábitos saludables se consigue el mismo efecto
Uno de los argumentos más habituales de las personas que están en contra del uso de dicho fármaco para adelgazar es que con entrenamiento, alimentación saludable y descanso se pueden conseguir los mismos efectos.
Aunque una cosa está clara, y es que "los hábitos son insustituibles", la evidencia científica ha observado que, a largo plazo, los hábitos saludables no son suficientes para todo el mundo, por lo que, "en algunos casos (entre el 30 y el 50%), necesitamos herramientas farmacológicas".
En otras palabras, es una prioridad "individualizar el tratamiento, monitorizarlo y controlarlo por un profesional para asegurarnos de que los resultados son los deseados y que no aparecen efectos adversos o que podemos controlarlos", concluye el profesional.